Dieta equilibrada en los niños
Es muy importante que los niños tengan una dieta equilibrada y sana para potenciar su autoestima, el buen humor, la paz y tranquilidad en su diario vivir.
La autoestima es la percepción emocional que se tiene de uno mismo.
La podríamos definir como amarse a uno mismo, es un sentimiento valorativo de nuestro ser, de cómo somos a nivel mental, espiritual y de personalidad.
Para lograrlo, debemos ayudar a los niños a hacerse conscientes de sus virtudes y sus defectos.
Y sobretodo, que aprendan a aceptarse tal y como son.
La autoestima es el requisito indispensable para lograr relaciones interpersonales sanas. La estabilidad y el amor familiar, es la raíz de ese árbol que un día dará sus frutos.
Debemos cultivar el amor, el respeto y los valores humanos en la educación de los niños, para que estos se sientan seguros, queridos y valorados como personas.
No cabe duda de que los alimentos pueden modificar de manera positiva el estado anímico de las personas, influir en su rendimiento físico y prevenir enfermedades. Por ello, la importancia de escoger los nutrientes más convenientes es un paso en el bienestar físico y emocional del ser humano.
Todos los niños sufren alguna pequeña alteración emocional: miedos, baja autoestima, malhumor, falta de apetito, rebeldía, falta de concentración, desórdenes en el sueño, etc.
Podemos hacer pequeños cambios en la dieta habitual del niño, de acuerdo a sus estados de ánimo, ayudándole que a la larga le aporten beneficios.
Por ejemplo, si el pan y otros alimentos ricos en hidratos de carbono generan sensaciones de bienestar, es preferible consumir otros más nutritivos, como los cereales sin grasa, en lugar del pan con mantequilla.
Ciertos alimentos impulsan la calma y otros van en contra de los estados depresivos, unos aportan coraje y otros mejoran la ansiedad.
Actualmente la alimentación se basa en hidratos de carbono equivocados.
En lugar de azúcares y dulces, son más saludables los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, como los cereales integrales (pan integral, arroz integral, avena, etc.) y los cereales refinados (no tan ricos como los integrales; arroz blanco, pastas, pan blanco, etc.).
También las legumbres, algunas hortalizas y frutas.
El hierro es indispensable para el buen ánimo.
Su carencia suele provocar un estado permanente de cansancio. (Espinacas, berro, perejil, etc.)
El calcio ayuda a metabolizar el hierro y provee de fuerza y energía.
Lo contienen los lácteos, frutos secos, hortalizas (berro, brócoli, coliflor, col, acelga) y algas.
