Como meditar

CÓMO MEDITAR

 

LA POSTURA
La postura debe ser cómoda, porque si lo que se quiere lograr es centrar la mente, se hace más difícil si hay molestia o dolor.

Sobre un almohadón, una manta o cualquier superficie sua-ve se debe sentar en la postura de flor de loto (pie derecho sobre pantorrilla izquierda) de forma que las rodillas queden apoyadas firmemente en el suelo.

La columna vertebral debe mantenerse totalmente recta, la pelvis hacia adelante, la cabeza en alto con la nariz levemente hacia abajo. Es muy importante tomarlo en cuenta, ya que, facilita la circulación del Chi (energía vital) a través de la espalda, para optimizar todas las funciones vitales.

La mano izquierda sobre la derecha y los pulgares tocándose, todo reposando sobre el regazo. Los hombros deben estar relajados. Los ojos cerrados y la lengua contra el paladar, el rostro distendido.


LA RESPIRACIÓN
Siempre se debe por la nariz!.

La respiración en esta técnica es voluntaria, obligándonos a controlar el ritmo respiratorio.

Y nos facilita controlar la mente, ya que, es mucho más fácil advertir que esta se ha descentrado cuando percibimos el cambio en el ritmo respiratorio, porque como dicen los tibetanos: la mente es el jinete y la respiración el caballo, y como vaya el uno ira el otro.

La inspiración debe realizarse a "velocidad normal" aunque más profunda que la espontánea, y luego expiramos silenciosamente y más lento.

yoga

CONCENTRANDO LA MENTE
Se debe respirar profundamente contando hasta 5, (aprox. 5 segundos), retenemos contando hasta 10, (aprox. 10 segundos) y exhalamos contando hasta 10, (aprox. 10 segundos).

Esta práctica puede mejorarse gradualmente con un 7-14-14 como evolución de la misma y finalmente podemos hacer 9-18-18 (esta última solo se puede hacer al dominar las anteriores y seamos yoguis avanzados).


Hay otra forma de concentración muy efectiva que consiste en concentrar la atención en el punto Hara  ubicado tres dedos y medio debajo del ombligo justo detrás de la piel.

Mientras estamos sentados en la postura correcta y contamos controlando la respiración hay que visualizar un punto de luz pequeño pero muy brillante, como un sol en el punto Hara, lo visualizamos y lo sentimos, focalizando en él nuestra atención.


Es muy importante no emitir juicios, quedando descartados el bien y el mal, el deseo o el rechazo, el ¿será así? o ¿no será así?, el "que lindo es esto" y el "esto no es para mi", etc. 

Este espacio interior de contemplación serena, en perfecta aceptación, es eso.

Ante el aparecimiento de los pensamientos, solo volvemos a la técnica, sin juzgarlos ni rechazarlos. 

Nuestra meditación será efectiva con solo volver a la técnica cada vez que nos sorprendamos pensando. Este esfuerzo no es tan grande y sus resultados vendrán si lo practicamos, aunque en algún momento creamos que nuestra meditación ha sido mala porque nuestra mente se ha movido demasiado.


Dice Swami Sivananda que si una ciudad bulle al atardecer, se va calmando conforme se acerca la medianoche y se silencia en la madrugada, y que igual sucede con la mente durante la meditación.


Cuando recién comencemos puede que los pensamientos sean muy poderosos, pero a medida que permanezcamos sentados practicando la técnica, nuestra mente se irá calmando, y cuando consigamos un relativo silencio de los pensamientos y las distracciones, experimentaremos un bienestar y calma diferentes a todo lo conocido hasta entonces, aunque el bienestar durante la meditación no es el fin último de la misma y sus beneficios más importantes y evidentes, llegarán por sí mismos a su debido tiempo.


Como decíamos al principio, con la mente en calma o con la mente agitada la meditación es siempre beneficiosa, y por lo tanto si nos distraemos frecuentemente debemos evitar juzgar lo que está pasando mientras nos ocupamos de volver a la técnica y nunca de pelearnos con los pensamientos, ya que el solo hecho de no pensar, no es el verdadero el fin de la meditación.

yoga

Quien quiera multiplicar por 100 el beneficio de la meditación y ver resultados con rapidez  se recomienda iniciar con la "sesión matinal".

Se puede comenzar con 20 minutos diarios, aunque media hora es el tiempo diario razonable para una práctica adecuada, y 40 minutos diarios serían aun más adecuados, si se hace una segunda meditación por la tarde o  antes de acostarse, aunque sea más corta se multiplican los beneficios.

Cuando hacerla?  Dependerá de la persona y su tiempo a primera hora de la mañana que se convierte en  un momento excelente, si fuera por la tarde o antes de acostarse también puede ser buena, dependiendo de la persona, sus horarios, sus preferencias, etc., tomando siempre en cuenta no realizarla  muy cerca de las horas de las comidas de modo que la digestión nunca coincida con la meditación.

Contenidos que te pueden interesar
Este sitio usa cookies para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Ninguna cookie será instalada a menos que se desplace exprésamente más de 400px. Leer nuestra Política de Privacidad y Política de Cookies. Las acepto | No quiero aprender cursos gratis. Sácame