Desarrollar la inteligencia espiritual
Dentro de los factores de protección, en concreto en el apartado del autoconocimiento, incluía el aspecto de la educación para soñar metas y para dar sentido a la frustración que, inevitablemente, experimentamos en numerosas ocasiones a lo largo de nuestra existencia. Éstas son capacidades que se desarrollan con la llamada inteligencia espiritual.
En su libro "Inteligencia Espiritual, la inteligencia que permite ser creativo, tener valores y fe", Danah Zohar y Ian Marshall definen este concepto de la siguiente manera:
"... por IES (inteligencia espiritual) me refiero a la inteligencia con que afrontamos y resolvemos problemas de significados y valores, la inteligencia con que podemos poner nuestros actos y nuestras vidas en un contexto más amplio, más rico y significativo, la inteligencia con que podemos determinar que un curso de acción o un camino vital es más valioso que otro..."
Para los autores, esta es la "inteligencia primordial" y la sitúan como más importante que la "inteligencia racional" o la "inteligencia emocional", de la que ya hemos hablado.
Frente a la hegemonía que nuestra sociedad concede a la inteligencia racional, la I.E.S. aporta lo esencial al ser humano y le dota de sentido.
"... La I.E.S., tal y como la describe este libro, es una capacidad interna e innata del cerebro y la psiquis humana que extrae sus recursos más profundos del meollo del universo... Tenemos que usar nuestra I.E.S. innata para forjar nuevos rumbos, para encontrar alguna sana expresión de significado, algo que nos emocione y nos guíe desde nuestro interior.
"La inteligencia espiritual es el alma de la inteligencia. Es la inteligencia que cura y nos hace completos."
Educar a nuestros jóvenes en el desarrollo de su inteligencia espiritual es fundamental para su calidad de vida de significado. Les protege, no sólo de las adicciones, sino de los vacíos existenciales a los que esta sociedad nos aboca, si no sabemos poner límites a sus inercias.