Estereotipos de género

En los estereotipos de hombres y mujeres se incluyen todas las características, tanto físicas como psicológicas, culturalmente aceptadas sobre lo que es típico de esas dos categorías.

Al hablar de estereotipos de género nos referimos, exclusivamente, a las características psicosociales que se consideran típicas de estas dos categorías excluyentes.

Ortega (1998), ofrece una estructura que aclara los estereotipos de género y que se basa en cuatro conceptos que representan el género y la manera en que la sociedad lo interpreta:

  • El cuerpo: es el referente sobre el que la sociedad (medios de comunicación, escuela, familia…) articula las cualidades otorgadas a cada sexo. Se reconoce al hombre como fuerte, vigoroso y a la mujer como delicada y débil físicamente.
  • Capacidades intelectuales: se le atribuye a la mujer tareas relacionadas con el cuidado y la organización y a los hombre con las relacionadas con el trabajo técnico, mecánico y de gestión esto explica por qué determinadas carreras profesionales tienen más afluencia de chicos o chicas.
  • Emociones: el estereotipo hace referencia a que los hombres tienen mayor control emocional mientras que a las mujeres se le otorga mayor emotividad.
  • Relaciones sociales: esta categoría está relacionada con la anterior, ya que a las mujeres se les atribuye relaciones sociales más comunicativas e intimas que a los hombre, como consecuencia de no mostrar sus emociones.


Para analizar los estereotipos de género, tradicionalmente se ha utilizado el cuestionario Bem Sex Role Inventory que incluye una serie de ítems que recogen las características socialmente aceptadas como masculina (independencia, actividad, competitividad…) y las consideradas como femeninas (sensibilidad, ternura, cuidado de los demás…).

La puntuación que se obtiene en el citado cuestionario permite clasificar a las personas en cuatro tipos:

Masculinos: con puntuaciones más alta en masculinidad y más baja en feminidad.
Femeninos: puntuaciones altas en feminidad y más baja en masculinidad.
Andróginos: estas personas obtienen puntuaciones altas en las dos categorías.
Indiferenciados: los cuales puntúan bajo en las dos escalas.

Aunque, tradicionalmente, se ha esperado que los chicos se comporten de manera masculina y las chicas de manera femenina, en nuestra sociedad, es más favorable la personalidad andrógina, tanto para hombres como para mujeres, ya que proporciona mayor ajuste psicológico.

Aunque los adolescentes andróginos, puedan ser en un principio molestados, su mayor flexibilidad les permitirá adaptarse a diversas situaciones.

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