Cambio de vida
¡Ahora sí! Después de la primera noche con tu bebé, aún no eres totalmente consciente de lo que ello supone en tu vida, el cambio en tus rutinas y en general un cambio en tu vida, de ello te iras dando cuenta poco a poco... pero es al despertar de tu primera noche cuando te vas dando cuenta de esta nueva faceta, la de ser mamá.
Después de un nacimiento todo se vuelve, por así decirlo, caótico, se rompen todas tus rutinas, esa frase tan típica no se equivoca en absoluto... ¡ser madre te cambia la vida!
Durante los primeros días todo serán subidas de adrenalina, estarás pletórica y encantada con tu bebé, pero al cabo de los días, empiezas a mirarte a ti misma, y eres más consciente de los nuevos cambios, no solo en tu vida sino en tu propia persona
Estarás cansada, dolorida... totalmente normal, si nadie te lo dijo, el pos-parto duele y pasarás por momentos difíciles; todo tu cuerpo tiene que volver a su sitio poco a poco, puedes sentirte triste o deprimida, son tantas emociones que es normal que te sientas un poco perdida.
Tu mente se llenará de nuevos pensamientos y preocupaciones, ¿qué hacer?, ¿tendrá frío o le estoy abrigando demasiado?, ¿qué papeles tengo que arreglar?, etc... hay que pensar en muchas cosas a la vez, además de estar tranquila porque debes cuidarte.
Muchas madres sienten que su cerebro no les va bien después de dar a luz, eso no es totalmente cierto, no es que no les vaya bien, se ha estudiado que después de dar a luz el cerebro de la mujer funciona de una manera distinta, se reorganiza. Están ocupadas en una fase de transición muy importante en la que interviene todo el cuerpo y en la que las hormonas desempeñan un papel fundamental.
Llegar a casa con tu bebé en brazos del hospital supone un enorme cambio en tu vida, y no debes esperar adaptarte en el momento en que regreses del hospital. De hecho, es probable que necesites varios días o meses para empezar a acostumbrarte. Será, sin duda, una etapa muy difícil. Sin embargo, procura ser amable y comprensible contigo misma. Renuncia a la noción de que las cosas "deben" ser de cierta manera. Te ayudará mucho ser flexible.
Tu cuerpo se ve afectado por los cambios hormonales, el proceso de recuperación tras el parto y la falta de sueño. Tu mente está tratando de adaptarse a esta nueva etapa en tu vida. Habrá ratos en que reirás, llorarás, te frustrarás, te emocionarás y pasarás por una variedad de sentimientos en cuestión de horas, o incluso minutos.
Descubrirás que cuidar de un recién nacido por más sencillas que sean sus necesidades consume una cantidad astronómica de tu tiempo. Es posible que algunas veces no puedas realizar algunas de tus propias necesidades básicas (como ducharte por ejemplo). Aprovecha los ratos mientras tu bebé duerme para descansar, dormir una siesta, meterte a la ducha o simplemente revisar tus cuentas en las redes sociales para ponerte al tanto de lo que hacen tus amigos. Cualquier cosa que te ayude a recargar tu energía antes de que vuelvas a tener que alimentar, cambiar y dormir al bebé, te ayudará.