Riesgos del proceso de coaching
En un proceso de coaching siempre hay una serie de riesgos que nacen de la relación entre el coach y el coachee, y estos riesgos pueden desequilibrar el entendimiento entre ambos durante el proceso.
El principal riesgo que surge es cuando el coachee, después de descubrir en qué tiene que mejorar y qué técnicas tiene que llevar a cabo para mejorar, empieza a pensar que está haciendo las cosas bien desde el principio sin necesitar la ayuda del coach.
Para evitar que esto ocurra el coach tiene que comunicar claramente al coachee el camino que tiene que recorrer en la evolución y el proceso de mejora, que consta de las siguientes fases:
- Dependencia: el coachee acude a los servicios del coach para mejorar aspectos de su vida enfocándolos desde otro punto de vista más amplio y completo. Coach y coachee crean una relación de confianza.
- Antidependencia: cuando el proceso ha avanzado, el coachee puede llegar a pensar que las competencias necesarias ya las tiene asimiladas, y cree que puede conseguir sus objetivos por él mismo.
- Autonomía: las competencias requeridas se obtienen a través del trabajo continuo, en esta fase el contacto con el coach es menor porque el coachee ha ganado seguridad en sí mismo y confianza.
Para evitar los riesgos en el proceso de coaching se necesita:
- Confianza: entre coach y coachee debe existir confianza mutua para que haya progreso y desarrollo.
- Compromiso: a la hora de fijar objetivos cada vez más altos hay que comprometerse con el proceso, y no quedarse solo en una simple relación.
- Sinceridad: la sinceridad es la base para una relación madura basada en la confidencialidad.