La figura del coachee
El coachee es la persona que recibe los servicios del coach para ayudarlo a dirigir un momento de su vida, sea personal o profesional.
El coachee acude al cocach por voluntad propia porque ha identificado algunos ámbitos en su vida que quiere mejorar. Cada coachee tiene su personalidad y sus circunstancias, diferentes a las del resto de clientes, por eso mismo no hay un modelo de comportamiento concreto a seguir.
El coachee debe ser capaz de tomar decisiones importantes en condiciones de incertidumbre y hacer frente a situaciones difíciles que se le puedan presentar.
En un proceso de coaching los condicionantes sociales son muy importantes, es decir, las relaciones con la familia, amigos y trabajo. La familia es el principal apoyo y quien más influye en el bienestar del cliente. Las relaciones con amigos mejoran el desarrollo de hábitos sociales y estimula la mente. Y, por último, el trabajo da significado a lo que es uno para sí mismo y para los demás.
Los aspectos cognitivos también juegan un papel importante porque determinan cómo la persona hace frente a las circunstancias que le rodean a través de la formación de esquemas mentales y expectativas, que hacen que interpreten de una forma u otra las situaciones de su vida.
La percepción, la atención y la memoria en el coachee son importantes porque hacen que vea de una forma o de otra la realidad, las cosas no son de una manera u otra sino que cada uno las interpreta y las percibe según sus experiencias y expectativas.