La clavada dentro de la táctica ajedrecística (I)
Un tema que siempre aparece en la partida de ajedrez, y que se utiliza como táctica ajedrecística, es la “clavada”. Se convierte en una jugada muy útil que consiste en dejar una pieza del adversario inmovilizada, dicha pieza está inmovilizada porque si se mueve se capturaría una pieza de valor superior a la que está clavada, por ejemplo, una torre por una dama, o un caballo o alfil por una torre, etc.
Existen dos tipos de clavada:
- Clavada absoluta: la pieza que está clavada no se puede mover porque su Rey es el que se encuentra en la línea de ataque del enemigo.
- Clavada relativa: la pieza que está clavada se puede mover porque está protegiendo a otra ficha superior, pero que no es el Rey.
En el diagrama 66 se dice que es una clavada absoluta porque tanto el caballo como el alfil negros se encuentran siendo inmovilizados, por la dama y torre blanca; ninguna de las piezas pueden moverse dado que desprotegerían a su monarca. La única movida factible para el bando negro en este caso, es mover su rey.
En el caso del diagrama 67, existen dos piezas que están clavadas en forma relativa. El caballo negro es clavado por el alfil blanco, ya que a cualquier movimiento que efectúe, la torre negra será tomada por el alfil de d4. Pero las negras también hacen su parte, y con su torre están clavando al alfil blanco de a2, ya que a cualquier movimiento de dicho alfil, la dama blanca será tomada por la torre negra.
L. Pachman aclara con respecto a ésta temática que todas las piezas pueden estar clavadas, excepto el rey. Las piezas clavadoras han de ser damas, torres o alfiles. No pueden ser clavadores los caballos ni los peones. Son diversas las maneras de llegar a posiciones de clavada:
- Por juego de piezas propias.
- Por “encadenamiento” de piezas contrarias.
- Por “encadenamiento” del rey contrario.
- Por despeje o apertura de líneas.
- Por jaque, a cubrir necesariamente con una pieza.
- Por otros medios tácticos.