Trienio Liberal (1820-1823) Regencia de Urgel y final
Fernando VII tratará por todos los medios de entorpecer el gobierno liberal todo lo posible.
Tal es la idea entre los absolutistas de que el rey está cautivo por los liberales, que en Agosto de 1822 se creará un gobierno paralelo conocido como la Regencia de Urgel, que tratará de gobernar como legítimo.
Esta regencia será sofocada al poco de surgir, pero pronto también caería el gobierno liberal, que se encontraba en el punto de mira de las potencias absolutistas europeas, pues el asentamiento del gobierno liberal, podría crear un “efecto contagio” o un “efecto dominó” que se llevaría consigo todos los gobiernos absolutistas europeos.
Es en este momento cuando las potencias defensoras del Antiguo Régimen reciben la solicitud de ayuda por parte de Fernando VII.
Estas potencias se reunirán en el Congreso de Verona (1822) y decidirán intervenir en España.
La intervención tendrá lugar el 7 de Abril de 1823, con la entrada sin oposición en la Península de los Cien Mil Hijos de San Luís al mando del Duque de Angulema, que obliga al gobierno liberal a huir hacia Sevilla y posteriormente a Cádiz, aunque con el rey consigo a modo de rehén.
Cádiz será sitiada y presentará una resistencia muy fuerte (de hecho, no se llegó a tomar la ciudad), aunque la falta de refuerzos en su lucha hará que se llegue a un pacto, se entregaría al monarca a cambio de que se olvidase el pasado.
Por tanto, se entregó al monarca y se rindió la ciudad, aunque en ese mismo momento, Fernando VII decretó la abolición de toda la labor legislativa de los últimos tres años.
El 1 de Octubre de 1823 Fernando VII es liberado y se reúne con el Duque de Angulema en El Puerto de Santa María, restaurando el poder absoluto y poniéndose fin al trienio liberal, comenzando la conocida como década ominosa.