Doctrina Truman
Truman pasará a la historia como el presidente estadounidense que ordenó el lanzamiento de las bombas atómicas sobre las localidades japonesas de Hiroshima y Nagasaki durante la II Guerra Mundial; por impulsar la creación del Plan Marshall y de la OTAN; además de intervenir en la guerra de Corea.
Pero también por intentar “contener” el comunismo durante los años de “Guerra fría” que estuvo en el poder, acuñándose la que no tardaría en llamarse: “Doctrina Truman”.
Mediante esta “Doctrina” trató de crear un clima de desconfianza y miedo en la opinión internacional, centrándose en intentar convencer al mundo de la existencia de dos fuerzas enfrentadas y encontradas en lo ideológico, económico y político; Estados Unidos y el comunismo soviético.
En un discurso que dio frente al Congreso estadounidense el 12 de marzo de 1947 afirmó que “… la política de los Estados Unidos debe ser apoyar a los pueblos libres que están resistiendo intentos de agresión de minorías armadas o presión exterior”; tratando de convencer al mismo para que se “liberaran” 400 millones de dólares para ayudar a Grecia (en plena guerra civil) y Turquía, a las que consideraba que eran presa fácil para los soviéticos, una vez que los británicos habían declarado que debido a su situación no podían seguir haciendo frente a las ayudas que les enviaban.
Con su apocalíptico discurso logró su propósito, incluso mandando fuerzas militares a la zona para decantar del lado más positivo para los intereses estadounidenses el conflicto griego y mantener a raya a los soviéticos en Turquía.
Se presentaba por tanto Truman, y los Estados Unidos, como la única potencia capaz de ayudar y “poner en orden” a los países afectados por la II Guerra Mundial, además de “controlar” y apaciguar el “feroz” ansia expansionista de los soviéticos.