Alvilda, ¿mujer pirata o leyenda?
No sabemos que hay de leyenda y de cierto en las informaciones que nos llegan sobre Alvilda, lo que si es seguro es que era una mujer de fuerte carácter y gran determinación.
Al parece vivió en el siglo I, y era hija del rey de Gotland, un tal Syward.
En esta época los enfrentamientos entre clanes estaban a la orden del día, especialmente para hacerse con el control de zonas y poblaciones estratégicas, así como de provisiones.
Alvilda presenció esta forma de vida desde su infancia y no dudó en querer convertirse en uno de esos líderes que lucharían por defender sus territorios y vencer a los enemigos.
Tras varias negativas por parte de su padre, obtuvo el permiso de éste gracias a su determinación, y su sueño de convertirse en guerrera (otras fuentes cuentan que Alvilda estaba custodiada por su padre en una torre bajo la vigilancia de una serpiente de dos cabezas y que quería forzar a ésta a casarse con el hijo del rey de Dinamarca, algo que ella no consentiría, escapándose y convirtiéndose en guerrera casi por obligación).
Fue entrenada duramente y se puso al frente de un grupo de mujeres que no dudarían en dar su vida por defender a su princesa.
No tardó este grupo en atemorizar a las poblaciones cercanas, convirtiéndose en unas excelentes guerreras, ganando tal fama que incluso el rey de Dinamarca quiso casar a su hijo Alf con la princesa Alvilda.
Esta idea no gustó a la princesa, por lo que no dudó en negarse y huir para que no le obligaran a casarse... en esta huida contó con el apoyo de sus guerreras, de manera que lograron una embarcación y se pusieron rumbo a lo desconocido.
No tardarían en llegar a una isla que creían desierta, pero pronto descubrieron que estaba habitada por un grupo de piratas que habían perdido a su líder en una batalla, de manera que Alvilda, gracias a su genio y fuerza tomaría el lugar de éste.
Sembraron el pánico con sus ataques a los barcos que trataban de comerciar en la zona y los frecuentes asaltos a las poblaciones costeras; lo que enfureció al rey danés, que mandó a su hijo en busca de estos piratas para darles caza.
Llegó el enfrentamiento entre ambas flotas y la lucha se convirtió en una masacre, en la que Alvilda y Alf deberían encontrarse.
Ambos luchaban con fiereza hasta que Alvilda pierde su espada y Alf le pide que se quite el casco y muestre su cara, quedando atónito al ver de quien se trataba.
No dudó entonces en llegar a un acuerdo con ésta, perdonándoles la vida si cesaban en su actividad, a lo que según unas fuentes accedió; según otras, no solo accedió, sino que se casó con el príncipe muy a su pesar.