Predisposición natural para entender palabras

Los humanos somos únicos en nuestra capacidad para adquirir un lenguaje. Un nuevo estudio muestra que nacemos con un conocimiento básico del lenguaje.

Aunque los idiomas son diferentes entre ellos en muchos aspectos, ciertos aspectos parecen ser compartidos. Estos aspectos podrían derivarse de principios lingüísticos que están activos en todos los cerebros humanos. La pregunta que surge es: ¿Los niños nacen con un conocimiento de como las palabras humanas podrían sonar? ¿están predispuestos a considerar ciertas secuencias de sonidos como más semejantes a palabras que otras?. El resultado de este estudio sugiere que los patrones de sonido de los lenguajes humanos son el producto de un instinto biológico innato, muy parecido a los sonidos de los pájaros. 

Consideremos por un momento la combinación de sonido que tiene lugar al comienzo de las palabras. Mientras que muchas lenguas tienen palabras que comienzan por bl (por ejemplo blando en italiano, blink en inglés, blusa en español) pocos idiomas tienen palabras que comiencen por por lb. El ruso es una de ellas (lbu, una palabra relacionada con lob, "frente"), pero incluso en ruso tales palabras son extremadamente raras y sobrepasadas en número por palabras que empiezan por bl. Los lingüistas han sugerido que tales patrones ocurren porque el cerebro humano está predispuesto en favor de tales sílabas como bla en vez de lba. En línea con esta posibilidad, investigaciones experimentales pasadas mostraron que los adultos mostraban tales preferencias, incluso si sus lenguas nativas no tienen palabras con bla ni con lba. ¿Pero de donde procede este conocimiento? ¿es debido a algún principio lingüístico universal, o es debido a la práctica de la lengua?

Para resolver esta cuestión el equipo de investigadores se centró en como los bebes percibían los diferentes tipos de palabras. Usaron espectroscopia casi infraroja, una técnica silenciosa y no invasiva que muestra como la oxigenación del córtex cerebral (los primeros centímetros de materia gris justo bajo el cráneo) cambia con el tiempo, para mirar las reacciones de bebes recién nacidos italianos cuando escuchan palabras buenas y malas candidatas, como lo descrito más arriba.

Trabajando con los bebes recién nacidos y sus familias observaron que los bebes reaccionaban de manera deferente a las palabras buenas candidatas de las malas, de forma similar a como lo hacen los adultos. Los bebes no habían aprendido ninguna palabra todavía, ni siquiera balbuceaban y ya compartían el sentido de como las palabras deberían de sonar. Este descubrimiento muestra que nacemos con un conocimiento básico, fundacional sobre el patrón de sonido de los lenguajes humanos.

Visto en Science Daily.

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