Principio 4: Aferrate a tu vida

“Cada vez que tengo la oportunidad de verme en el espejo, recuerdo que fui hecho a imagen y semejanza de DIOS, y que a pesar de las diferencias que tenga con respecto a los otros seres humanos, soy único, ya sea feo o bonito, lo importante es aceptarme y quererme tal y como soy”. W.R

 

En los últimos años, he tratado de entender el significado de mis propias palabras, lo he logrado en algunas veces, pero más me ha costado aceptarme como soy; y quererme en el intento por ser feliz.

 

Cuando yo era un niño, siempre fui el más pequeño de mis compañeros de clase, los cuales no dejaban pasar la oportunidad de burlarse de mí; quitándome las pocas monedas que me daba mamá, subiéndome en un árbol del cual no podía bajar o simplemente colgándome en las ventanas de aquella escuela; era la historia que se repitió durante muchos años, y siempre viví pensando que era un ser despreciable y que nadie quería estar conmigo, por mi estatura; solo tenia dos amigos quienes me defendían cuando los demás querían golpearme o divertirse un momento. Así pasaron los años y mi gran sueño de aquella época era poder ser tan grande para defenderme y no tener que llorar cuando me decían que era una niña. Hasta que un día me canse de todas las humillaciones y malos tratos; y camine con paso firme hacia la escuela, dispuesto a enfrentarme al primero que atropellara mi dignidad; y en el segundo recreo de la clase normal termine colgado del pizarrón y con uno de mis ojos inflamado; mi maestra de sexto año preguntó que había sucedido, y con la voz temblando y un enorme coraje, le dije los nombres de los que me habían golpeado, -solo por el hecho de ser pequeño y no poder defenderme- nunca olvidare ese día cuando le pedí a la maestra que no sancionara a los hechores, no sé por que lo hice; pero ella dijo las palabras mas importantes en mi vida y que ayudaron a aceptarme, quererme y aferrarme a la vida. Hoy quiero compartir esas palabras con ustedes:

“… todos somos diferentes-dijo mi maestra- pero un hombre y una mujer, llegan a ser tan grandes, solo si su corazón y su cerebro es tan grande como para aceptarse así mismo y aceptar a los demás…”

 

Desde ese día, nunca nadie en la clase volvió a molestarme y desde entonces mi vida dio un giro muy grande; y en el acto de clausura del año escolar, la maestra anuncio el nombre del estudiante con mejores calificaciones del sexto grado; allí estaba mi nombre, el mas pequeño de todos había ganado una de las muchas batallas que me tocaría enfrentar durante mi vida.

 

Algunas veces cuando nos sentimos derrotados y sin fuerzas para continuar la lucha, es importante recordar que debemos aferrarnos a la vida y encontrar aquellas cosas buenas en nosotros que nos permiten salir adelante, independientemente de las diferencias entre seres humanos.

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