Control de calidad

Para poder asegurar al consumidor que un producto en cuestión está producido de forma ecológica, es necesario algún tipo de control de calidad. El sistema de control de calidad en agricultura ecológica está basado en: el cumplimiento de unas normas, las inspecciones, la certificación y la acreditación de los productos.

Como se ha venido indicando, cada vez son más los consumidores que se interesan en los productos ecológicos debido a que aprecian en estos una serie de ventajas, muchos de ellos están dispuestos incluso a pagar un precio algo superior por estos productos. La certificación del producto permite asegurar al consumidor que el producto que adquiere es realmente ecológico.

Por otro lado, cada vez es mayor el número de agricultores que se pasan a la agricultura ecológica por múltiples razones. Los productos ecológicos por lo general poseen un precio más elevado que los tradicionales Un precio más elevado en el mercado sólo es posible si hay confianza mutua entre productores y consumidores. El consumidor quiere asegurarse de que el producto que compra ha sido realmente producido de forma ecológica. El agricultor ecológico por su parte, necesita igualmente, estar protegido de la competencia desleal de otros agricultores que puedan usar el término ecológico de una manera fraudulenta.

Por tanto, la certificación ecológica pretende construir la confianza entre consumidores y agricultores ecológicos, siendo las normas requisitos exigibles para la producción ecológica y las inspecciones ecológicas una supervisión de que efectivamente todo el proceso es ecológico.

        A.    ETIQUETAS ECOLÓGICAS

Con el fin de mostrar a los compradores que un producto es ecológico, suelen emplearse etiquetas y marcas de certificación, las cuales están registradas y protegidas, pudiendo ser utilizadas únicamente por productores y procesadores autorizados.

La autorización normalmente se obtiene con la firma de un contrato que permite al productor o procesador utilizar la etiqueta de certificación. Esta demuestra que el producto se ha elaborado según ciertas normas ecológicas específicas.

Las etiquetas y marcas de certificación permiten al consumidor reconocer los productos ecológicos fácilmente, por lo que resultan ser herramientas de marketing muy potentes permitiendo al productor demostrar el valor añadido de su producto y, por tanto, comercializarlo a un precio mayor.

        B.    NORMAS DE PRODUCCIÓN ECOLÓGICA

Que un producto esté etiquetado quiere decir que ha sido elaborado de acuerdo con ciertos requerimientos o normas. Las normas ecológicas no definen el status de calidad que puede ser medido en el producto final, es decir, no determinan por ejemplo la cantidad de pesticidas que están permitidos en el producto, sino que se centran en el proceso productivo, por ejemplo, dictan que no se empleen pesticidas químicos.

Estas normas además de recoger los requisitos mínimos, describen los principios de la agricultura ecológica y aportan recomendaciones sobre como alcanzar su adecuada observancia.

Las normas ecológicas más importantes a nivel internacional son las normas básicas de la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM), las cuales son revisadas regularmente para asegurar su adecuación a la cambiante realidad agrícola. Tienen carácter privado, es decir, su cumplimiento es voluntario para los productores que quieran acogerse a este sistema y ofrecen un marco regulador que abarca requisitos, controles, procesos de certificación… válidos en todo el mundo.

Por su parte, los controles de certificación local pueden simplemente acoger, o sobrepasar, los controles básicos establecidos por la IFOAM, pero que en todo caso suelen tomar en consideración las condiciones específicas del lugar, por lo que casi siempre van a contemplar más requisitos específicos.

En el año 1981 la Asociación Vida Sana de España, asentó las bases de para la posterior aparición de los Consejos Reguladores de la Agricultura Ecológica, a través de la publicación de los cuadernos de normas de la agricultura biológica. Esta asociación participó activamente en el proceso que ha condujo a la oficialización de la “agricultura biológica” en Europa, creando los avales de garantía Vida Sana, que comprendían tres categorías de alimentos (producto biológico, producto natural y producto recomendado) y que funcionaron hasta la entrada en vigor del Reglamento Comunitario 2091/92:

1.    Producto Biológico: aquel que procede de un cultivo biológico, es decir, donde no se han empleado abonos ni productos fitosanitarios quimiosintéticos, ni ninguna otra sustancia artificial.

2.    Producto Natural: abarca los alimentos elaborados en los que no se ha empleado sustancia artificial alguna, según lo establecido en el art. 2.04.19 del Código Alimentario Español. 

3.    Producto Recomendado: que se refiere a materiales o utensilios que por sus características contribuyen al mejoramiento de la calidad de vida.

L-18-1

En los últimos tiempos, debido a la irrupción de la biotecnología alimenticia en el mercado, la Asociación Vida Sana ha sacado a la luz un nuevo distintivo, se trata del “Producto no Manipulado Genéticamente”. De la misma forma, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América, ha publicado en 2013 la etiqueta “Libre de OGM” (NON GMO Project), para los huevos frescos y la carne provenientes de animales que no han sido alimentados con maíz, soja u otros alimentos transgénicos.

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