Variables endógenas

21.3.1.1. Variables endógenas ( Continuación)

El individuo analiza la situación, tomando en consideración las diferentes alternativas, las consecuencias percibidas de éstas para los diversos grupos afectados, la probabilidad y deseabilidad de estas consecuencias, y la importancia o valoración concedida por el sujeto a dichos grupos afectados. Esto corresponde básicamente a una evaluación teleológica.

En este modelo, la evaluación teleológica constituye un constructo, constituido por el análisis de las consecuencias tanto para el propio sujeto, como para los diferentes grupos afectados por la acción.

Otro constructo lo constituye la evaluación deontológica, mediante la cuál el actor evalúa la inherente corrección o incorrección del comportamiento que implica cada alternativa. Los posibles comportamientos, son comparados en este proceso con un conjunto de normas dadas, constituidas por valores y reglas personales de comportamiento. Estas normas van, desde las creencias generales sobre temas tales como la honestidad, el robo y el trata justo de los demás, hasta creencias sobre asuntos más específicos como los anuncios engañosos, la seguridad de los productos, el engaño en las ventas o las ventas forzadas, etc.

La evaluación teleológica y la deontológica* son constructos esencialmente independientes. Un sujeto puede creer que una alternativa es más ética, basándose en una evaluación teleológica, y por otro lado, considerar que otra alternativa diferente es preferible, utilizando una valoración deontológica.

Una vez el sujeto ha determinado la evaluación deontológica y teleológica, entonces desarrollará juicios éticos para los distintos cursos de acción que él percibe. Algunos individuos pueden ser estrictamente deontológicos, basando sus creencias en sus percepciones de la inherente corrección o incorrección de las varias alternativas, e ignorando el análisis de las consecuencias de las acciones.

Otros sujetos pueden ser estrictamente teleológicos, basando sus creencias en sus percepciones de la bondad o de la maldad de las consecuencias de los varios cursos de acción, e ignorando la inherente corrección o no de las alternativas.

            El individuo evaluará las diferentes alternativas, pudiendo influir determinadas consideraciones no necesariamente éticas, en el paso entre los juicios éticos y los propósitos.* 

El modelo de Vitell conecta directamente los propósitos de un sujeto con los comportamientos. De tal manera, que si un individuo selecciona una alternativa particular, es probable que se comporte de acuerdo con los propósitos  o intenciones iniciales. Sin embargo, la relación entre propósitos y comportamiento se encuentra influenciada por las restricciones de la situación.*

El individuo, una vez seleccionada una alternativa, actuará de una cierta manera, dando lugar dicha acción a una serie de consecuencias tanto para el individuo como para otros diferentes grupos afectados. Estas son las consecuencias reales del comportamiento, y éstas pueden ser similares a las consecuencias percibidas o completamente diferente, dependiendo de la capacidad del sujeto para percibir la situación.

La variable consecuencias reales, podrá servir de información para la futura percepción de las consecuencias y de sus probabilidades de ocurrencia, e influenciará estas variables en futuras situaciones de una naturaleza similar. La información obtenida por el individuo, también puede influir en las alternativas consideradas en posteriores tomas de decisiones.

Estas informaciones, las consecuencias y las vivencias producidas, van a ir constituyendo la experiencia personal del actor. Se produce por tanto, un proceso de aprendizaje a lo largo del tiempo, que va a ir conformando la forma de actuación del sujeto.*

 

21.3.1.2. Variables exógenas

            El modelo de Vitell, por último, incluye una serie de variables exógenas que influyen en varias de las otras variables ya descritas. Estas variables son agrupadas en cuatro categorías.

a) El ambiente organizacional*.

b) El entorno cultural.

c) La experiencia personal.

d) El entorno del sector.

Estas cuatro categorías pueden ser, a su vez, subdivididas en un número de variables de importancia para el modelo. Esta variables como grupo, influencia el análisis que el individuo realiza de una situación dada. Factores tales como las alternativas, y consecuencias de las alternativas tal como son percibidas, la probabilidad de ocurrencia de las varias consecuencias, la deseabilidad de dichas consecuencias, e incluso, la importancia de los varios grupos afectados, son afectados por estas variables exógenas.

 


*          ZEY-FERRELL M. y FERRELL O. C. (1982) “Role-set Configuration and Opportunities as Predictors of unethicl Behavior in Organizations” Human Relations, Vol 35, Nº 7, págs 587-604, han efectuado estudios empíricos que muestran como la oportunidad influye directamente en el comportamiento..El lapso de tiempo que trascurre entre la intención y el comportamiento, es otra variable que influye en esta relación.

*          ZEY-FERRELL M., WEAVER K. M. y FERRER O. C. (1979) “Predicting Unethical behavior Among Marketing practitioners” Human Relations, Vol. 32, Nº 7, págs 557-569. Estudian los procesos de aprendizaje involucrados en el comportamiento no ético, y parte de este proceso de aprendizaje puede ciertamente incluir la comparación entre las consecuencias percibidas y reales por el actor.

*          FIRTZSCHE D. J. y BECKER H. (1983) “Ethical Behabior of Marketing Managers” Journal of Business Ethics. Vol 2, págs 291-299, analizan la ética de los altos ejecutivos. El hacer cumplir los códigos éticos es estudiado por DEAN P. J. (1992) “Making Codes of Ethics Real “ Journal of Business Ethics. 11, 285-290.
La ética del inmediato supervisor y la ética de los compañeros son analizadas por POSNER B. Z. y SCHMIDT W. H. (1992) Values and the American Manager: An Update Updated” California Management Review. Vol 34. Nº 3. Págs 80-94.

*          Toda una serie de diferentes modelos incluyen componentes teleológicos y deontológicos, en este sentido un modelo que incluye multiples factores especialmente deontológicos y religiosas es el desarrollado por GOODCHILD L. F. (1986) “Toward a Foundational Normative Method in Business Ethics. Journal of Business Ethics 5, págs. 485-499.

*           Algunos autores se centran en las intenciones, los propósitos, mientras otros se preocupan de estudiar básicamente los comportamientos. El modelo de intenciones de Fishbein, establece que las intenciones de un individuo y los comporamientos subsecuentes son una función ponderada de: 1) las creencias del individuo sobre las consecuencias del comportamiento y los aspectos evaluativos de las creencias y 2) las creencias de los individuos respecto a las expectativas de los otros y las motivaciones del individuo para cumplir con las expectativas percibidas. RYAN M. J. y BONFIELD E. H. (1980) “Fishbein´s Intentions model: A Test of External and Pragmatic Validity” Journal of Marketing, Vol. 44, Primavera, págs 82-95.

 

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