Descubrir respuestas

Últimamente estoy encontrando respuestas a preguntas que no sabía que me hacía. De repente aparecen como de la nada y comprendes que solucionan algún dilema que permanece desde hace tiempo en el interior de uno mismo. Es más, parece que esa respuesta ha estado agazapada esperando encontrar la oportunidad de salir. 

Seguramente uno se da cuenta de ello porque está predispuesto, pero es una predisposición que se escapa a la consciencia. Y, si en algún momento ha sido consciente, no se ha percibido desde una dimensión de revelación. 

En una conversación con un amigo sacerdote, me llegó una de estas respuestas: "estamos hechos para la eternidad". Esta afirmación no cabe en una mente racional como la mía, pero me dio paz. Solucionó todos "mis afanes" de un plumazo... Me di cuenta de que, cuando miramos desde esta perspectiva lo que nos sucede, todo se relativiza y se hace pequeño. 

Es como mirar nuestro significado en la historia de los tiempos y contemplarlo en proyección hacia nuestro futuro terrenal. Y más allá, aunque ese "más allá" sea incierto y desconocido, una incógnita. Somos más "grandes" de lo que las circunstancias nos hacen creer. 

Me comentaba también mi amigo que nos preocupamos por tenerlo todo atado, justificado, concluido... Lo sometemos al imperio de la razón y la vida nos demuestra a todos en muchas ocasiones que los criterios de la lógica no casan mucho con ella. 

Esta idea la he encontrado ayer, curiosamente, en el libro "Bautizados con fuego", de Dolores Aleixandre (Ed. Sal Terrae). Dice: 

"Clasificar, dividir y separar unas cosas de otras nos da mucha tranquilidad y nos proporciona, además de ese aspecto de la paz que es "la tranquilidad en el orden", la sensación de dominar la realidad y de tenerla bien organizada en distintos archivos de nuestro "disco duro". Esta clasificación de las cosas nos descansa bastante -que ya tiene la vida suficientes complicaciones...-, así que solemos agradecer las definiciones, apartados y casilleros, porque gracias a ellos las cosas, las personas, los grupos, y casi todo lo que se nos pone por delante, incluida la Biblia, tienen un sitio donde colocarse y unos rasgos con los que les corresponde coincidir.

"Lo malo (que resulta ser lo bueno) es que la realidad tiende a salirse del sitio que le tenemos asignado y contradice tercamente nuestras divisiones, provocando mucho desorden, mezclándolo todo y dando la razón al símbolo del Yin y el Yang, que nos hace ver que en lo blanco siempre hay un poquito de negro, y en lo negro un poquito de blanco"

Esta idea también resulta liberadora: "renunciar a tenerlo todo claro". 

Me acuerdo de las personas desempleadas, para las que no tener un trabajo socialmente visible les puede hacer sentirse inválidos e inútiles, fracasados y culpables. No. El dinero, el sistema, la coyuntura económica no nos hacen humanos de segunda categoría porque, con trabajo o sin él, ya tenemos un significado que nos hace ser más grandes que los acontecimientos: "estamos hechos para la eternidad".

Y si  se llenan de preguntas intentando saber qué han hecho para llegar a esta situación, les invito a que no gasten demasiadas energías en el análisis (sólo algunas) y que "renuncien a tenerlo todo claro" ya que, sucesivas decisiones en el tiempo habrán desembocado en ese particular momento vital pero, quizás, haya habido algún detalle que se ha escapado a nuestra lógica racional y ha invadido el camino...

En relación al tema que me ocupa, me encontré esta última semana, también curiosamente,  con algo  en la biografía de Petrarca que vuelve a ratificar la idea de que hay respuestas que no sólo se descubren, sino que cambian la propia vida. 

Tres hechos marcaron el rumbo:

  1. "El Viernes Santo 6 de abril  de 1327 Petrarca vio en la iglesia de Santa Clara de Aviñón a una joven dama llamada Laura de la que quedó instantáneamente enamorado y que había de ser la inspiradora de casi todos sus versos de amor, tanto en lengua vulgar como latina."
  2. "Estuvo en París, en Gante, en Lieja, donde descubrió los discursos de Cicerón... Los discursos ciceronianos que descubrió en la ciudad belga no fueron los únicos textos que rescató del olvido y puso en circulación, sino que a lo largo de su vida fue un apasionado investigador que llegó, además, a reunir una de las más completas e interesantes bibliotecas latinas de su tiempo."
  3. "Un hecho trascendental para Petrarca fue el regalo que le hizo su amigo Dionigi da Borgo San Sepolcro de un ejemplar de "Las Confesiones" de San Agustín. El libro impresionó tanto al poeta que, a partir de su lectura despertó  en él un deseo de perfección cristiana que, lejos de todo ascetismo, luchó siempre por alcanzar, sin conseguirlo plenamente, según confesión propia, debido a la debilidad de su voluntad y a sus contradicciones..."

(Fragmentos extraídos de "Historia de la Literatura Universal", tomo I, Ed. Orby)

Estos tres acontecimientos influyeron en el devenir literario de Petrarca, que se convirtió en uno de los precursores del Renacimiento condicionando la literatura europea occidental a partir de entonces.

Todos tenemos respuestas esperando que las rescatemos. Nos pertenecen y se ajustan a nosotros como un guante. Podemos vivir nuestra rutina como autómatas y podemos estar predispuestos a descubrirlas. 

Descubrir respuestas

Marta Tamayo Loyo

Licenciada en Filosofía y Letras con C.A.P. y Habilitada en Educación Social por el CEESCYL

Contenidos que te pueden interesar
Este sitio usa cookies para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Ninguna cookie será instalada a menos que se desplace exprésamente más de 400px. Leer nuestra Política de Privacidad y Política de Cookies. Las acepto | No quiero aprender cursos gratis. Sácame