Terrores Nocturnos Infantiles
Los Terrores Nocturnos Infantiles son alteraciones del sueño en los niños/as que se producen de una forma repentina y sin causa aparente. Se pueden observar cuando el niño/a se incorpora bruscamente en la cama, grita, llora, balbucea y tiene los ojos abiertos pero no está totalmente despierto. Por ello, no es posible que responda a lo que se le dice.
No se conoce a ciencia cierta qué ocasiona los Terrores Nocturnos, que un niño/a los sufra no quiere decir que tenga un trastorno psicológico. Normalmente desaparecen con el tiempo y no precisan de tratamiento farmacológico. Sin embargo, sí se conoce que la tensión emocional y la fatiga parecen incrementar la aparición de estos episodios. El estrés también puede favorecer su aparición. Por ello, llevar una buena higiene del sueño favorece un descanso reparador. Así, resulta útil acompañar a los niños/as en la realización de rituales antes de ir a dormir que induzcan tranquilidad e inviten al descanso:
1. Mantener horarios regulares para irse a dormir, hacer cenas ligeras un rato antes de ir a la cama para poder hacer la digestión.
2. Prepararnos para el descanso ( poner el pijama, pasar por el baño)
3. Hacer ejercicios de relajación (podemos hacerlos en familia para que el niño no se sienta señalado).
* Ejemplo de relajación:
- Creamos un ambiente tranquilo, ayudándonos de la iluminación y/o de música. Nos tumbamos en una colchoneta con las piernas semi-abiertas y las manos colocadas suavemente sobre el abdomen. Nos hacemos conscientes de nuestra respiración, tomando aire por la nariz y llevándolo hasta la barriga, hinchándola como un globo y notando este movimiento viendo como nuestras manos suben y bajan. Una vez conseguimos controlar la respiración, nos imaginamos que somos piedras, que pesamos mucho y que cada vez nos hundimos más y más en un río. Mantenemos la relajación entre 10/15 minutos.
4. Leer un cuento antes de dormir.
* Propuesta de cuentos:
“La Cenicienta que no quería comer perdices” de Myriam Cameros Sierra y Nunila López.
“Rosa Caramelo” de Adela Turín.
“Las Princesas también se tiran pedos” de Ilan Brenman.
“El Monstruo Rosa” de Olga de Dios.
“Donde viven los monstruos” de Maurice Sendak.
“A qué sabe la luna” de Michael Grejniec.
“Orejas de Mariposa” de Luisa Aguilar y André Neves.
“El monstruo de los colores” de Anna Llenas.
“El cazo de Lorenzo” de Isabelle Carrier.
5. Elegir junto al niño/a un muñeco o peluche, dándole un significado que le aporte seguridad y pueda usar para dormir, metiéndolo en la cama o situándolo en un lugar cercano.
6. Reforzar y reconocer los éxitos del niño/a.
7. Minimizar los fracasos acompañando al niño/a con cariño y naturalidad.
8. Hablar de las dificultades tanto con él como con otros adultos en privado, evitando señalar al niño/a como portador de un síntoma y que esto le cause más preocupación.