Cómo saber si mi hijo-a tiene un problema de logopedia
Muchos padres observan en sus hijos problemas o retrasos en el desarrollo del lenguaje y no saben muy bien si se trata de algo normal o por el contrario es un aspecto que el niño/a ya tendría que haber adquirido. Cuando sucede esto lo que recomendamos es seguir estos pasos:
En primer lugar hablar con el profesor/a del colegio para confirmar las sospechas y verificar que es un retraso lo que se está produciendo y no forma parte de un desarrollo normal. No todos los niños siguen el mismo ritmo en el desarrollo de sus habilidades. Existen unos márgenes dentro del desarrollo óptimo de los niños que conocen los profesionales y, de este modo, saben distinguir cuándo se está produciendo un problema o cuándo forma parte de un desarrollo totalmente normalizado.
Además, se recomienda acudir a su pediatra para que pueda realizarle un examen médico y considere si hay que derivar a un especialista o no, para descartar cualquier problema a nivel orgánico. En caso de existir algún problema de este tipo, seguiríamos las pautas y tratamientos recomendados por el médico especialista.
Una vez realizados los pasos anteriores y en el caso de que se haya descartado un problema orgánico y se confirme un problema de retraso en el lenguaje, se recomienda acudir a un especialista de la logopedia para que realice una evaluación del problema y pueda implantar un programa específico de reeducación del lenguaje.
¿Cómo debemos actuar en casa mientras se confirma o no dicho problema?
Evitar en la medida de lo posible decirle al niño/a "ASÍ NO SE DICE", para no generar frustración, ya que presenta dificultades para decirlo correctamente. En lugar de eso, se aconseja que seamos los adultos los que repitamos correctamente lo que el niño ha dicho, pero de forma más exagerada de lo normal, para que de este modo se le vaya haciendo el oído y observe cómo lo tiene que realizar. Gran parte de lo que aprendemos viene de lo que observamos, por lo tanto nos convertimos en los modelos en los que más se fijan nuestros hijos.
Además, se recomienda realizar con el niño juegos que impliquen cualquier actividad de soplo, como por ejemplo: soplar globos, silbatos, matasuegras, molinillos, usar el pompero, etc. Además, para añadir algo de complejidad sugerimos proponerle diferentes maneras de realizarlo, como más flojito, más fuerte, aguantando el aire, etc. En toda reeducación logopédica se llevan a cabo este tipo de ejercicios, pero jugar en casa siempre va a ayudar a ejercitar la musculatura lo antes posible.