Emociones positivas
Si queremos cambiar la calidad de nuestra vida, tenemos que cambiar la calidad de nuestras emociones.
Esto no significa que neguemos nuestras tonalidades emocionales más grises. Como hemos dicho, las emociones tienen una naturaleza expresiva. Contener las emociones dolorosas, lo único que provoca es que se queden estancadas dentro nuestra.
Lo que sí que es cierto es que al potenciar las emociones positivas, potenciamos nuestro bienestar. Puesto que, las sensaciones resultantes de estas emociones son agradables y expansivas.
Para este curso hemos elegido cinco emociones positivas que trabajaremos en lecciones posteriores:
Confianza
La confianza es una emoción, que produce la sensación de seguridad, cuando nos enfrentamos a las situaciones vitales. La confianza se puede expresar en diferentes ámbitos de nuestra vida. Ámbito profesional, personal, familiar, escolar, etc. Normalmente la confianza se produce cuando tenemos los recursos, personales, sociales y materiales que nos permiten desenvolvernos con soltura.
Cariño
El cariño es una necesidad humana fundamental. Es un requisito esencial en las relaciones saludables e influye de manera decisiva en nuestra manera de vincularnos, es decir, como pensamos que deberían ser las relaciones y como las sentimos.
Si recibimos cariño desde pequeños, nuestra manera de relacionarnos, la percepción que desarrollamos de nosotros mismos y del mundo en el que vivimos, irá arropada por este sentimiento.
La teoría del apego habla sobre la importancia del cariño a la hora de desarrollar los primeros vínculos vitales, normalmente filo-parentales (madre e hijo). Los infantes que reciben cariño de sus cuidadores principales, son más propensos a presentar comportamientos socializadores, tranquilos, seguros y alegres.
Optimismo
Los humanos tendemos a construir historias sobre nuestra vida, somos nuestro propio narrador, quien define las causas de las cosas que vivimos. El optimismo es un “estilo explicativo”, un narrador amable, que mira el futuro con una actitud favorable.
El optimismo se caracteriza, por un estado de ánimo positivo ante la vida, constancia ante los objetivos propuestos y una actitud activa ante los problemas. Esperando que nuestras acciones y capacidades personales nos permitan conseguir resultados favorables ante los problemas.
Resiliencia
La resiliencia es la capacidad humana de convertir la adversidad, en una oportunidad para el crecimiento personal. Viktor Frankl, es uno de los pioneros en el estudio de la resiliencia, su teoría se centra en la voluntad del sentido. Esta teoría, nos propone, que todo ser humanos es capaz de sanar una vivencia dolorosa si consigue dar un sentido a lo que a vivido. Y crear algo bello con las capacidades y sentimientos resultantes de la experiencia dolorosa.
Por ejemplo, si un niño sufre acoso escolar de pequeño, puede pensar que, gracias a la experiencia de acoso que vivió; ahora es capaz de entender y empatizar con las personas que son abusadas.
Tranquilidad
La tranquilidad reduce la presión arterial del cuerpo, relaja los músculos y produce una respiración más profunda. En general, la tranquilidad, regula los procesos fisiológicos de nuestro cuerpo. Por lo que esta emoción está profundamente vinculada al bienestar.
Para entender la importancia de la tranquilidad solo hay que darse un paseito por una ciudad y ver la jungla de automóviles y gente que parece que llega tarde a todas partes.
La ola de ansiedad que vivimos en estas últimas décadas, provoca un aumento en el riego sanguíneo que va hacia cerebro primitivo (el encargado de nuestra supervivencia). Que al aumentar su actividad, nos provoca sensación de tener que sobrevivir en cada momento. Por lo que sentimos preocupaciones constantemente.
La tranquilidad, en cambio, relaja la presión sanguínea en el cerebro primitivo y estimula el funcionamiento del cortex prefrontal, encargado de las funciones superiores como la atención sostenida, la creatividad o la planificación, es decir estimula las soluciones.
