Las diapositivas
Ante todo, las diapositivas tienen que ser claras y sencillas. El diseño de las mismas se debe hacer de forma que el mensaje que se quiere dar esté apoyado por éstas, para ello tiene que ser atractivo pero sin distraer al público con demasiados colores o imágenes. Tiene que existir un equilibrio.
El título de la presentación debe estar en la primera transparencia, si se quiere con un subtítulo, además del logo y nombre de la empresa, y nuestro nombre y cargo.
La segunda transparencia debe contener un resumen del contenido de la presentación, y la penúltima las conclusiones finales. La última queda reservada para el logo de la empresa y alguna frase de agradecimiento a la audiencia por la atención prestada.
El contenido de las diapositivas debe ser coherente y homogéneo, las frases deben ser claras y de fácil lectura, con un estilo sencillo e imágenes.
Las frases deben reforzar lo que estamos diciendo durante el discurso, para ello tienen que estar siempre bien estructuradas, y si somos ingeniosos mejor.
Un aspecto importante a tener en cuenta son los colores usados en las diapositivas. Hay que evitar ciertos colores, por ejemplo, el rojo, porque es un color saturado que se ve muy mal al proyectarse. Y nunca hay que emplear más de tres colores en los textos, pues se perdería cierto equilibrio.
Nunca hay que leer las diapositivas, sino adornar las frases con información adicional que aporte valor. Si se van a presentar datos numéricos no es conveniente leerlos, simplemente decir a la audiencia que pueden ver los datos en la pantalla; como mucho leer el dato más relevante para resaltarlo.
No hay que sobrepasar el número de diapositivas, pero tampoco quedarse corto. Lo recomendable es una diapositiva por minuto, aproximadamente.
El uso de fotos e imágenes es muy importante porque hay que tener en cuenta que las personas retenemos mejor una imagen que los números y las letras. Así que escoger buenas fotos para completar los mensajes añadirá mucho valor al discurso.
Otra opción para la diapositiva es añadir un vídeo que aporte ejemplos o testimonios, que además de enriquecer el discurso da un respiro tanto al público como al ponente.