Habilidades motrices
- Motricidad
Los músculos tienen como función la contracción tónica, necesaria para el desarrollo de actividades motrices y posturales. Para lograr un adecuado control del tono muscular es necesario un entrenamiento previo, puesto que tanto una hipotonía como una hipertonía dificultarían el proceso de escritura.
El término motricidad se emplea para describir los movimientos voluntarios de nuestro propio cuerpo controlados por el sistema nervioso central mediante contracción muscular. A su vez, implica un correcto ajuste corporal que permita adoptar determinadas posiciones corporales y cambiar de una posición a otra, por lo que a su vez está muy relacionada con el equilibrio, tanto estático como dinámico. Suele dividirse en dos grandes grupos:
Por un lado, encontramos la motricidad gruesa, que es aquella que se refiere a la coordinación de movimientos amplios: saltar, caminar, rodar, correr, bailar, etc. Es la primera en aparecer en el desarrollo infantil, puesto es la más sencilla de adquirir, y por lo tanto, la primera que debemos trabajar.
Por otro lado, hablamos de motricidad fina cuando nos referimos a movimientos más precisos, que implican mayor control motriz, y que además involucra la coordinación simultánea de manos, ojos y dedos, también conocida como coordinación oculomanual o visomotora como pueden ser: cortar, pintar, escribir, etc. Los primeros signos de control de la motricidad fina suelen agarrar y encajar objetos, la pinza digital, garabatear, etc.