Relaciones en el entorno social

Una vez estudiadas las actitudes que deberíamos de tomar en su justa medida ante ciertas situaciones, pasemos a hablar de cómo tendríamos que actuar en el rol de familiares directos ante otras personas de nuestro entorno. Para ayudar a la persona autista a integrarse en el entorno social que le rodea, es necesario ayudarlo en la medida de lo posible e introducirlo con el problema diagnosticado entre sus hermanos, abuelos y amigos, veamos como:

  • Hermanos: deberíamos hacerle entender la situación ya que tienen el derecho de ser participes en su relación con él. Es necesario aportarle información explícita sin detalles que puedan afectarle, tan solo aquellos que le ayuden a entender posibles situaciones que pueda observar en casa. La experiencia de criarse con un hermano/a autista, no quiere decir que imite comportamientos o influya de manera negativa en algún aspecto. Por lo general, suelen ser más dedicados ante las necesidades de otros y más responsables.
  • Abuelos: son una fuente apoyo en todas las familias, debido a esta estrecha relación, es necesario explicarles la situación e involucrarlos en su proceso educativo. Cuando se habla con ellos, podremos percibir que sienten una dualidad en sus sentimientos. Por una parte, sabrán que no será un niño como el resto (lo cual genera preocupación), pero por otra se darán cuenta de que se dispondrán de toda la fuerza posible para ayudar en todas las tareas que sean necesarias. Para comunicarles la situación, podríamos utilizar la misma técnica que en la de los hermanos, hablar del diagnóstico de manera clara y sencilla.
  • Amigos: podemos compartir la información dependiendo de la confianza que se deposite en esa persona. Lo que sí deberíamos es hacerlo participe para que la persona autista tenga otra relación más que pueda aportarle nuevas estrategias sociales, cariño, compañía e incluso contar con ellos para su cuidado.

En resumen, debemos de confiar en aquellos que nos rodean puesto que serán nuestra fuente de apoyo emocional y compañía. Es importante que en este proceso participen conjuntamente abuelos, hermanos y amigos para que el niño se pueda desarrollar adecuadamente.

Cuando se hable de este tema en la familia, debemos de recordar información útil al respecto y que el trastorno no se considere como un “error”. El hecho de que nuestro hijo padezca autismo es una condición que tiene su tratamiento y que se podrá estabilizar con la ayuda de la que disponemos actualmente (ayuda de profesionales, centros educativos, materiales didácticos y terapias).

autismo

Alicia Madueño Cermeño

Diplomada en Magisterio, especializada en Lengua Extranjera y Educación Especial. Monitora de Animación Sociocultural.

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