Etapas de un equipo
Etapa 1. Forming:
Es el primer momento en que el líder y el equipo se conocen y tienen contacto, es ahí donde inmediatamente se comienza a hablar del propósito, el "para qué" y el "por qué" están en aquel lugar. Se plantea la visión de manera general que hay que estar repitiendo constantemente. Hay que dejar en claro los valores innegociables del equipo y los límites de este. En esta etapa el líder debe estar centrado en motivar y dejar claro todo lo que tiene que ver con los objetivos que se desean alcanzar.
Etapa 2. Storming:
Esta es la fase más compleja de la vida de un equipo, es aquí donde la mayor parte de los grupos pierde la posibilidad de acceder a ser un buen equipo de alto rendimiento. Una vez que el líder haya marcado los objetivos, viene el cómo hacer posible estos objetivos. Todos los miembros ya tienen sus hábitos desde antes, y cuando llega un líder nuevo y propone una manera diferente de hacer las cosas, lógicamente se complican, pues, les entran emociones y sentimientos como el miedo (¿Para qué cambiar?), la inseguridad (¿Será correcto?), etc. Habrá personas que se rebelen con la nueva visión, y si el grupo está en desunión se rompe cualquier posibilidad de crecer como equipo, pues, los miembros comienzan a saltarse reglas, el líder pierde confianza y autoridad, y ahí termina la posibilidad de alcanzar la siguiente etapa. En esta fase el líder debe tener un comportamiento mayoritariamente centrado en reforzar la confianza, los comportamientos positivos y anular a las personas que vayan en contra del proceso.
Etapa 3. Norming:
Esta fase es una fase diferente en la que los miembros ya han adquirido los nuevos hábitos puestos en la etapa anterior, pero aun no están cien por ciento maduros. Está caracterizado por la eficacia, pero aun no son eficientes. Se consiguen resultados, pero con un gasto de energía grande de cada miembro. En esta fase, los desafíos ya no van tanto dirigidos al equipo en general, sino al líder, pues ahora tiene que dar un paso al lado y dejar al grupo que haga lo que sabe hacer (que ya fue instruido en las dos etapas anteriores) de manera independiente. Los miembros no deben tener dependencia negativa con el líder, pues estos deben saber que es una relación de ayuda y trabajo en conjunto. Sin embargo, en esta etapa el líder fortalece lazos de confianza y saca a los miembros de sus zonas de confort para enseñarles nuevos retos y que así aprendan nuevas cosas.
Etapa 4. Performing:
Se caracteriza por la sencillez con lo que se realiza, aun sabiendo que es complejo. Ya hay un nivel de madurez elevado en los hábitos de los miembros, y pues, hay gran eficiencia en el grupo y se requiere un menor gasto de energía. Acá el líder tiene un rol delegatorio, apoya, empuja a lo positivo, anima con claridad y calidad a los miembros del equipo. Ya no es necesario entregar muchas palabras decorativas, sino que ahora tiene que ser potente, directo y fuerte, pues ya los miembros conocen el trabajo y de lo que son capaces. El equipo en esta etapa ya tiene su autonomía de manera natural.