Los frutos y su clasificación

Existen diferentes tipos de frutos, dependiendo de su morfología, principalmente distinguimos cuatro formas.

A partir de estas cuatro formas, los niños y niñas podrán clasificar los frutos de la huerta. Para ello se puede hacer un gran mural o bien añadir este dato a los cartelitos explicativos de cada uno de los cultivos.

Los cuatro tipos a los que nos referimos son:

  • Fruto simple.

Proceden de una sola flor. Como ejemplo podemos poner el guisante y el tomate.

  • Fruto agregado.

El fruto agregado está formado a partir de una flor que tiene varios pistilos, por lo que cada pistilo desarrollará a la vez un fruto que se irá uniendo a los de su alrededor. Ponemos como ejemplo las moras y frambuesas.

  • Fruto complejo.

Un fruto complejo es aquel fruto en el que además del pistilo intervienen otras partes de la flor. Es el caso de las manzanas y de las granadas.

  • Fruto compuesto o inflorescencia.

Una infrutescencia no es más que un fruto formado gracias a la participación de las flores de una inflorescencia. Tenemos como ejemplo los higos y la piña.

 

Para que una flor pueda ser polinizada, es imprescindible, en la mayoría de los casos, que las semillas masculinas viajen a otras flores y las fecunden.

Para ello, las plantas (frutos y semillas) tienen mecanismos para transportarse a lo largo de grandes distancias.

Principalmente conocemos los siguientes mecanismos:

  • Las semillas que se distribuyen por el viento se llaman anemófilas, y tienes unos mecanismos parecidos a unas alas para utilizar el viento para sus desplazamientos. Pueden llegar a recorrer grandes distancias, incluyo kilómetros.

Un ejemplo son las semillas de los arces, las denominadas sámaras.

Sámara

 

  • Hay otras semillas que se distribuyen por el agua, son las llamadas, hidrócoras.

    Un ejemplo de ellas son los cocos. Estos grandes frutos, necesitan del agua para poder viajar a otras islas y así no hacer la competencia a las palmeras ya adultas.

Coco

 

  • Hay frutos muy suculentos que desean ser comidos por animales, para que así, cuando estos son excretados a cierta distancia puedan germinar, además con la ayuda del abono que aporta el propio animal. Un ejemplo es “escaramujo” el denominado popularmente “tapaculos”.

Escaramujo

 

  • Así mismo, hay frutos que se aprovechan también del desplazamiento a través de los animales, pero esta vez utilizando su pelo. La forma de hacerlo es quedarse enganchado en el pelo a través de unos ganchitos o pinchos.

    Las semillas que utilizan a los animales para su dispersión se denominan zoocoria.

    Un ejemplo es el fruto del Scorpiurus muricatus.

Muricatus

 

  • Por último, hay determinados frutos y semillas que disponen de autodispersión. En este caso, la planta en cuestión presenta una adaptación que hace que sus frutos o semillas se autopropulsen con el objetivo de alejarse de la planta adulta y evitar la competencia de espacio y nutrientes.

    La planta llamada “Pepinillo del diablo”, tiene un mecanismo de autodispesión que consiste en que cuando su fruto ya está listo para dispersar las semillas, es decir, cuando ya está maduro, se abre con el más mínimo roce, por ejemplo contra otras plantas, piedras, animales o presión hidrostática.

    Pepinillo del diablo

 

Para finalizar las explicaciones en lo relativo a los frutos, vamos a hacer una última clasificación respecto a los tipos de frutos que nos podemos encontrar. Para ello, seta vez, nos vamos a fijar en su aspecto exterior, de modo que encontramos la siguiente clasificación con un ejemplo:

Tabla

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