Técnicas de producción ecológica: nutrición

Con los objetivos de producir alimentos de alta calidad (sin contaminantes) y preservar el medio natural, la agricultura ecológica emplea una serie de técnicas o metodologías encaminadas a controlar aquellos factores que determinan la productividad agrícola, como son:

-      La nutrición de las plantas.

-      El manejo de las plantas adventicias (que pueden en ciertos momentos limitar el crecimiento de los cultivos).

-      El control de plagas y enfermedades.

-      La conservación del agua.

-      El empleo de variedades de cultivo adaptadas a las condiciones locales…

A su vez, las estrategias básicas que sustentan las técnicas ecológicas son: la protección de los suelos y el aporte de materia orgánica a estos (nutrición de las plantas) y la diversificación espacial y temporal (diversidad).

En el presente tema se profundizará en lo relativo a la nutrición, tratándose la biodiversidad en el siguiente.

El objetivo que ha de perseguirse en agricultura ecológica en relación a la nutrición de las plantas es el mantenimiento de la fertilidad de los suelos, que a su vez dependerá principalmente del aporte de materia orgánica al mismo.

La existencia de materia orgánica en los suelos posibilita el desarrollo de cadenas de organismos que llevan a cabo su degradación, lo cual asegura el aporte de nutrientes a las plantas y otorga condiciones físicas al suelo beneficiosas para el crecimiento de la planta. Dicha condiciones físicas consisten en el establecimiento de una estructura que:

-      Facilita la penetración de las raíces, el agua y el aire,

-      Dan al suelo una mayor capacidad para retener nutrientes y agua.

-      Equilibra las condiciones químicas y físicas del mismo.

Un buen indicador de la capacidad de los suelos de retener nutrientes es el intercambio catiónico de los suelos (CIC). La CIC de los suelos depende del contenido de materia orgánica y su proporción de arcilla.

En aquellas tierras donde tradicionalmente ha habido un exceso de laboreo, el contenido de materia orgánica de los suelos puede encontrarse incluso alrededor del 1%. En este caso, el contenido de arcilla es el responsable del 91% de las diferencias de capacidad de intercambio catiónico existente entre los sustratos.

La acumulación de materia orgánica en el suelo en formas menos degradables (humus), produce además lo que se conoce como fertilidad a largo plazo, lo que constituye la base de la sustentabilidad de la fertilidad del suelo. El humus mejora la fertilidad de los suelos, confiriendo una gran cantidad de propiedades beneficiosas entre las que se encuentran las siguientes:

-      Aumenta la capacidad de cambio catiónico del suelo.

-      Incrementa la retención de agua del suelo.

-      Absorbe, retiene y solubiliza minerales del suelo con lo que ayuda a aumentar la producción de las plantas y favorece el desarrollo de la vida en el sustrato.

-      Absorbe el calor, evitando cambios bruscos en la temperatura del suelo.

-      Produce reacciones con el fósforo insoluble adsorbiendo bases y liberando ácido fosfórico.

-      Incrementa el poder del suelo como tampón, regulando el pH, reduciendo tanto su salinidad como su acidez.

-      Proporciona sustancias como fenoles, que contribuyen a la respiración de la planta, y controla los patógenos del suelo.

-      Adsorbe compuestos tóxicos que llegan al sustrato.

-      Posee capacidad estimuladora del desarrollo vegetal.

La fertilidad a largo plazo necesita además que una parte de la materia orgánica sea fermentada, ya que la fermentación microbiana de la celulosa es la que produce las sustancias responsables de conferir la estructura óptima a los suelos.

 

 

CICLO DE LA MATERIA ORGÁNICA EN EL SUELO

L-6

Atendiendo a lo anterior, y como principio básico fundamental para desarrollar cultivos ecológicos se puede indicar lo siguiente:

-      Existen fuentes de materia orgánica con una alta tasa de degradación que aportan rápidamente nutrientes aprovechables por las plantas, aportando fertilidad a corto plazo.

-      Existen fuentes de materia orgánica de degradación lenta que no permiten aportar nutrientes con rapidez, pero que provocan lo que se conoce como fertilidad a largo plazo y son las formadoras de humus.

Las leguminosas y las plantas tiernas fermentan rápidamente, al igual que los abonos orgánicos con bajo contenido en fibra y alto contenido de nitrógeno. Por otra parte, las gramíneas, la paja, resto de podas leñosa y otras, fermentan más lentamente y permanecen degradándose por muchos años en el suelo.

Tener en cuenta estas diferencias relativas a la velocidad de fermentación es básico, sobre todo en los primeros años desde que se inicia un cultivo ecológico en suelos con bajo contenido de materia orgánica. Así, si aplicamos fuentes de materia orgánica de baja degradación, posiblemente las plantas sufrirán déficit de nitrógeno y el rendimiento caerá. Una práctica recomendable al respecto es combinar fuentes de materia orgánica con distintos grados de degradación.

La tasa de degradación es muy baja en estiércoles de corrales secos en los que ya se ha producido un proceso de degradación y sus elementos resistentes, como la fibra, se han concentrado (es el caso de los estiércoles de corrales seco con menos de 2% de nitrógeno). Sin embargo, en aquellos que tienen excrementos pobres en fibra y con gran cantidad de nitrógeno, como son los casos de los estiércoles de cerdo y gallina, y la cama de broiler, la liberación es rápida al principio. En estos casos, la tasa de degradación disminuye de forma importante a partir del segundo año, ya que el material que queda sin degradar, como puede ser la cama del broiler, es muy resistente.

La estrategia general de la nutrición de las plantas en agricultura ecológica posee una serie de directrices entre las que pueden citarse las siguientes:

-      Dejar los residuos de cosecha sobre el suelo contribuye a evitar las pérdidas de sustrato, así como las malezas que  se convierten en productoras de materia orgánica, fijadoras y movilizadoras de nutrientes.

-      Disminuir las pérdidas de nutrientes, mediante el incremento de la materia orgánica en el suelo y favoreciendo la vida en su interior.

-      Potenciar la fijación de nitrógeno al máximo, con la plantación de leguminosas tanto en la rotación como intercalada en los cultivos.

-      Emplear rotaciones de cultivos donde se alternen plantas movilizadoras de nutrientes (gramíneas y crucíferas) o fijadoras (leguminosas), con otras de más requerimientos.

-      Una vida activa en el suelo ayuda a la nutrición de la planta, lo que se consigue:

o   Suministrando sustratos de alta fertilidad (lombrices).

o   Solubilizando nutrientes (diferentes bacterias).

o   Produciendo fitohormonas, vitaminas y antibióticos que son asimiladas por las plantas (bacterias, hongos, actinomicetos).

o   Potenciando la capacidad de explorar el suelo por las raíces o facilitando la toma de nutrientes no disponibles para las plantas (micorrizas).

A continuación puede observarse un ejemplo gráfico de cómo funcionan los sistemas de agricultura ecológica, en relación a los convencionales:

 

CICLO DEL NITRÓGENO

L-6-1

En la agricultura ecológica se emplean diferentes técnicas para la nutrición del cultivo principal, según la estrategia elegida se utilizarán:

-      Abonos orgánicos.

-      Abonos verdes.

-      Residuos de cosecha.

-      Rotaciones.

-      Abonos foliares.

-      Biofertilizantes.

-      Enmiendas.

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