Las escuelas de Educación Especial y la integración escolar.

Las escuelas de educación especial:

En los años 50/60 la respuesta institucional dominante que existía para las necesidades educativas de los retrasados mentales, era la escuela especial, es decir, la educación especial en aulas o centros específicos. Ya que el principio educativo que existía en esta época era “a los niños diferentes, educación distinta”.

 

Según los defensores de esta escuela especial, los fines que se proponían en ella eran los mismos que en la escuela ordinaria, pero utilizando diferentes medios, y diferentes técnicas.

 

La escuela especial era y es una institución diferente a la ordinaria y además las clases se impartían junto a unos compañeros también retrasados. Luego la nota predominante de esta escuela especial era y es la homogeneidad de los alumnos.

 

Según algunos autores como Melero (1985), “los centros de Educación Especial, de hoy en día, no poseen filosofía alguna a favor del niño trisómico-21, en particular. Sus objetivos se circunscriben a las paredes de la Escuela Especial y las expectativas en la adquisición y dominio de destrezas que les lleven a la integración social es mínimo.

 

Los objetivos nacen, crecen, se desarrollan y mueren en el mismo centro. No existe en los docentes mentalización de integración.”

 

Luego según la opinión de estos últimos autores la siguiente Ley General de Educación dada en agosto del 70 y corroborar por disposiciones posteriores, no es llevada a la práctica de forma plena. La Ley es la siguiente:

  1. En los centros de Educación Especial, tanto estatales como no estatales, únicamente deberán cursar sus estudios aquellos deficientes e inadaptados que, por la profundidad de las anomalías que padezcan, lo hagan absolutamente necesario (Art. 51, L.G.E.). La estructura y régimen de los mismos se establecerá en los términos necesarios para facilitar, en lo posible, la integración de esos alumnos en los centros ordinarios. Y a estos efectos, funcionarán en conexión con centros ordinarios dotados de unidades de transición (Art. 93, L.G.E.)
  2. En los demás casos, los alumnos deficientes e inadaptados deberán recibir su formación en unidades de Educación Especial o de transición en centros docentes de régimen ordinario (Art. 51, L.G.E.).

 

8.2. La integración escolar:

La palabra integración está abierta a una gran variedad de interpretaciones.

 

Los niños trisómicos-21, en concreto, pueden estar físicamente integrados dentro de la escuela normal sin estar realmente integrados socialmente.

 

La integración puede variar desde asistir a reuniones con otros niños a jugar informalmente en grupos mixtos y puede incluso estar acompañada de segregación académica.

 

La integración académica sugiere que los niños trisómicos-21 aprendan con los otros, pero no necesariamente en todas las ocasione e igual que los otros.

 

Entre las formas de integración en centros escolares, están las siguientes:

  1. La integración individual del niño trisómico-21 con niños normales en sus escuelas ordinarias.
  2. La creación de aulas para niños trisómicos-21 en colegios normales.
  3. La construcción de escuelas especiales en el mismo lugar donde se encuentra el colegio de niños normales, con participación ínter colegios.
  4. Los alumnos de escuelas especiales que emprenden parte de sus estudios en escuelas ordinarias o en otros centros.

 

En nuestra opinión, si lo que perseguimos es la integración social, la opción más correcta es la primera. Para llegar a esta integración social es necesario lograr un aprendizaje social y que mejor manera que ir desarrollando este aprendizaje desde un primer momento. Esto es totalmente lógico, ya que la integración no es algo repentino sino que ésta se debe ir logrando de modo paulatino.

 

La mejor mentalización empieza en la infancia. Ya que el niño normal no experimenta, ningún prejuicio ante el trisómico-21. Es en la edad preescolar, donde con mayor facilidad pueden establecerse las bases de una sólida integración del niño con su entorno, y primeramente con sus compañeros de edad.

 

Las dificultades que en algunos centros preescolares pueden encontrarse por la presencia de algún niño trisómico-21 se han debido fundamentalmente a los padres de los propios compañeros más que estos mismos.

 

Son los adultos los que tenemos problemas de prejuicios sociales, pero no los niños.

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