Modelo integrado de Stead, Worrel y Garner

Stead, Worrell y Garner (1990)* consideran que todas las estrategias tienen alguna fundamentación ética, y que los ejecutivos deben reconocer que no operan en el vacío. Afirman que los gestores que toman decisiones estratégicas deben dirigir los asuntos enfrentando estos en términos morales o arriesgarse a la decadencia ética. Estos autores presentan un modelo que tratan diferentes las siguientes dimensiones en la toma de decisiones éticas:

  1. Dimensiones de la personalidad. Los investigadores sugieren tres dimensiones que pueden afectar el comportamiento ético.
  2. Fuerza del ego. La habilidad de un individuo de abordar una actividad auto dirigida y gestionar situaciones tensas.
  3. Maquiavelismo. Es una medida del engaño y de la doblez.
  4. Control. Es una medida de si una persona cree que los resultados de su vida  están determinados por sus propias acciones  o por la suerte, destino o los poderes externos.

 

  1. Factores Sociales. Los factores sociales también influencian el sistema ética de las personas. Diversos autores han identificado como factores de influencia en las decisiones éticas efectuadas por los individuos: las diferencias de papel sexual, creencias religiosas, edad, experiencia laboral y nacionalidad. Un factor social crítico para la gestión empresarial es la influencia de los otros considerados significativos. Los investigadores en la teoría social del aprendizaje han apoyado fuertemente la idea de que aprendemos el comportamiento adecuado por modelado del comportamiento de las personas que percibimos como importantes, parientes, compañeros, profesores, etc.. Los ejecutivos representan sin duda un grupo que influye como referente significativo en los empleados y así el comportamiento ético de los gestores será ciertamente influyente en el de los empleados. Estos factores personales y sociales van a provocar diferencias en las normas que guían los individuos y en como y cuando aplican esas normas o sistema ético.
  2. Factores Organizacionales. Numerosos estudios empíricos demuestran la importancia de los criterios éticos y de los comportamientos de los altos ejecutivos y de los superiores jerárquicos en el comportamiento de los empleados. Las creencias éticas de los ejecutivos tendrán poco impacto en el clima organizacional, si estos criterios no se traducen en comportamientos efectivos observados por los empleados o si los comportamientos son contrarios a lo expresado como consignas por la alta dirección. Los gerentes no pueden esperar un comportamiento ético de los empleados si ellos no se comportan éticamente. Esto es especialmente cierto para los altos ejecutivos. El sistema de gestión ético requiere el apoyo de la cultura y de la estructura de autoridad de la empresa (Nielsen 1989)* Tal como las investigaciones sociológicas han mostrado, el comportamiento de los individuos se conforma en buena medida a través de la referencia de los grupos que son tomados como modelos. Los grupos significantes de referencia juegan un papel crucial en el aprendizaje social de los comportamientos correctos, constituyendo en el campo organizacional un grupo significativo para los empleados el de los inmediatos superiores y altos ejecutivos que tienen un papel crucial como referentes. Otro de los principios ampliamente aceptados por los estudiosos de las organizaciones es la influencia determinante del sistema de refuerzo para influir en los comportamientos. Los investigadores en comportamiento organizacional de forma rotunda mantienen la conclusión de que si el comportamiento ético es deseado este debe ser medido, alabado y el sistema de recompensas debe modificarse para incentivar los comportamientos correctos.
  3. Fuerzas Externas. La encuesta Americana Touche Ross, muestra la preocupación de dos terceras partes de los ejecutivos que consideran que la presión competitiva significa una amenaza para la ética de las empresas americanas. Como factores determinantes se mencionan el incremento de la presión competitiva para concentrarse en las ganancias a corto plazo y la diversidad de ambientes con variados sistemas éticos a los que se enfrentan las empresas multinacionales. Mientras que 65% de los encuestados creen que unos comportamientos estrictamente éticos refuerza la posición competitiva de las empresas, el resto considera que no afecta o que debilita la situación empresarial.

 

*           NIELSEN R. P. 1989, “Changing Unethical Organizational Behavior”, Academy of Management Executive 3, págs. 123-130.

*          STEAD W. E., WORRELL D. L. y GARNER J. (1990) “An Integrative Model for Understanding and Managing Ethical Behavior in Business Organizations”. Journal of Business Ethics, Vol. 9, pp  233-242.

 

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