La participación de la audiencia
En algunas oposiciones y en las exposiciones de trabajos fin de curso en las universidades españolas, no está previsto que el expositor pregunte al público o al tribunal. De hecho, puede ser un error importante.
En las presentaciones que duran muy poco tiempo o en ciertos actos formales tampoco suele ser conveniente la participación del público.
Pero en muchas presentaciones, es interesante y mejoran mucho si el público participa. Por ejemplo, en numerosos cursos, la participación de los alumnos favorece el éxito de los mismos.
Es por tanto, una buena idea realizar preguntas, proponer dinámicas y favorecer la participación de la audiencia. Siempre evitando conflictos innecesarios.
Algunos conferenciantes realizan solo preguntas que saben que contarán con la conformidad mayoritaria del público. Orientan por ejemplo las preguntas hacia sentimientos mayoritarios compartidos. En este caso, se trata de ir reforzando ideas, de guiar la formación de las ideas y las decisiones de la audiencia.
En caso de personas del público que manifiestan estar en desacuerdo, lo recomendable es no llevarles la contraria directamente. Lo que se aconseja normalmente es responder "sí, pero...", o bien otros conferenciantes contestan "sí, y otros casos...".
En algunas presentaciones el conferenciante pregunta y admite preguntas durante el desarrollo de su exposición. En otras se deja un turno de preguntas al final.
En cualquier caso, hay que animar la participación, fomentar el debate y siempre felicitar y agradecer las intervenciones.