Agenda de la reunión

En negociaciones complejas, en las que intervienen varias personas por cada lado, es aconsejable fijar con la otra parte antes del día la reunión la agenda de la misma.

 

Temas que se van a abordar, en qué orden y tiempo previsto.

 

Quienes van a intervenir por cada lado.

 

Pausas, almuerzo, hora de finalización.

 

Esta agenda tiene como objetivo que la reunión se desarrolle de una forma ordenada:

 

Permite que las partes centren su preparación en los temas que se van a tratar y acudan a la reunión con los especialistas oportunos.

 

Permite centrar la discusión sobre dichos puntos, evitando que una de las partes pueda traer a debate asuntos que no estaban previstos y que la otra no haya preparado.

 

Permite hacer un seguimiento de los temas a abordar, evitando que alguno pueda quedar en el tintero.

 

Obliga a ir avanzando: las partes son conscientes de que hay un guión que hay que intentar cumplir y que no se pueden eternizar en un punto determinado.

 

Aunque la agenda se establece para ser cumplida, ambos grupos negociadores deben interpretarla con cierta dosis de flexibilidad.

 

La negociación no siempre discurre como estaba prevista (se presentan nuevas ideas, nuevos argumentos, se revisan los objetivos, surgen puntos conflictivos, etc.).

 

La agenda viene a ser un marco general, una hoja de ruta, pero debe permitir cierta libertad de movimiento.

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