Revanchismo
El revanchismo puede asociarse con el irredentismo, es decir, con la reivindicación de territorios ocupados por otros Estados, y que se consideran como propios, siendo el caso más notorio el de Italia y sus reivindicaciones de territorios ocupados por Austria y que no se habían incorporado en el proceso de unificación.
El revanchismo se asocia, pues, con el nacionalismo triunfante desde la segunda mitad del siglo XIX, y puede tener ciertas connotaciones reaccionarias, como con el chauvinismo. El culmen del revanchismo llegaría con el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Las leoninas condiciones impuestas a Alemania en Versalles, especialmente las derivadas de las reparaciones de guerra, además de la pérdida de territorios y las restricciones militares, generaron un intenso sentimiento revanchista en amplias capas sociales alemanas. Este sentimiento de humillación fue aprovechado por el nazismo para la construcción de su discurso político y exhaustivamente empleado en su propaganda con excelentes réditos.
El Tratado de Versalles fue excusa, no causa. Hitler y Mussolini, ambos excombatientes, lo utilizaron como ariete para golpear la razón de sus conciudadanos. Ni la Primera Guerra Mundial, ni la Conferencia de Paz de París, ni el Tratado de Versalles habían conseguido frenar las ansias de los nacionalismos más vehementes ni más irredentos, que fueron alimentados por las supuestas o ciertas injusticias de los tratados de paz.
Caldo de cultivo. El fascismo y el nazismo, surgidos como movimientos revolucionarios tras la guerra, no necesitaban de ningún «injusto» tratado para justificar su vacío ideario. Estas ideologías, mezclando socialismo, racismo, darwinismo social y nacionalismoa ultranza, encontraron un caldo de cultivo perfecto en el resentimiento provocado por los tratados, la crisis económica, el nacionalismo exacerbado y el miedo a la revolución bolchevique.
Con el revanchismo nazi como motor principal, Europa, y el mundo entero, se encaminaban hacia un nuevo acto del mismo desastre, pero la magnitud sería esta vez inimaginable.