La descripción
Describir es representar algo (personas, animales, objetos, lugares, sensaciones, sentimientos, etc.) por medio del lenguaje y sus recursos expresivos, explicando cómo es o las impresiones que causa. No solo se describe lo material, el mundo físico, externo; sino que también puede describirse el mundo psíquico, interno y esto es, si cabe, aún más complicado.
Los elementos descriptivos que podemos encontrar son: el punto de vista personal, la observación previa, la reflexión y el plan de trabajo.
1º. El punto de vista. Describir algo no es agotar todas las facetas del objeto en cuestión. Nadie es omnisciente: ni lo sabemos todo, ni lo vemos todo. Cada cual ve un trozo de realidad.
2º. La observación previa. Para conseguir que alguien vea lo que estamos describiendo, es preciso que, con anterioridad, nosotros lo hayamos visto bien. La observación es la condición previa a la descripción.
3º. La reflexión. Para que una descripción sea completa, no basta la observación física: es preciso profundizar, ir hasta el fondo de las cosas; analizar y valorar. No sólo debemos describir cómo es el rostro de alguien, por ejemplo, debemos también valorar sus rasgos, analizar el movimiento de una mano, el sentido de su modo de hablar…
4º. El plan. Con los materiales anteriores – puntos de vista, detalles observados y valoración de los mismos por la reflexión – ya tenemos lo esencial para una descripción. Ahora sólo debemos ejecutarla. Para ello es preciso trazarse un plan de trabajo, esto es ordenar los materiales de tal manera que se distingan las ideas esenciales de las secundarias y también que estas ideas fundamentales sigan un orden lógico de acuerdo con el punto de vista.
La descripción puede ser de un objeto, un animal o una persona.
1. Descripción de un objeto. Para describir un objeto no basta con la observación. Lo importante es averiguar la finalidad de dicho objeto. Conviene responder a: ¿Para qué sirve? ¿Es bueno o malo? Así pues se debe describir las partes esenciales del objeto con criterio finalista.
2. Descripción de un animal. En la descripción de un animal se pueden destacar los rasgos que más nos llaman la atención: el tamaño, el color, la mirada, el aspecto fiero o inofensivo, etc.
3. Descripción de una persona. No basta el retrato puramente físico. Los rasgos de una persona, sus vestidos y su modo de moverse, deben ser significativos, es decir, expresión del carácter o temperamento de una persona.
Si se quiere enseñar todo a la vez el resultado es no ver nada. Uno no debe sentirse agobiado al leer una descripción así que describir no es enumerar, describir es representar.