Identidad y salud psicológica

El logro de la identidad puede considerarse un requisito para un ajuste psicológico óptimo, debido a que es el resultado positivo de la crisis surgida en la etapa de la adolescencia.

La identidad final de un adolescente supone la integración y coherencia de las dimensiones que lo conforman dando como resultado una personalidad que da sentido a sus acciones.

El estatus de identidad en el que sitúe cada adolescente va a influir en su comportamiento como otro rasgo más de su personalidad.

Por lo general el estatus de identidad lograda es el se asocia a características de la personalidad más positiva, siendo la identidad de difusión la que presenta rasgos menos favorables y las de moratoria e hipotecadas las que ocupan un lugar intermedio.

Así, los adolescentes ubicados en los diferentes estatus presentarán las siguientes características:

Estado de difusión: es el más problemático para el adolescente, ya que puede provocar niveles altos de ansiedad y síntomas depresivos, así como una baja autoestima. Los adolescentes en esta estado, evitan afrontar problemas y situaciones conflictivas por lo que son conformista e influenciables en las relaciones sociales.

Identidad hipotecada: entre los rasgos positivos podemos resaltar alta autoestima, bajo grado de ansiedad y buenos índices de bienestar emocional, al no tener que preocuparse en exceso por realizar una búsqueda y tomar decisiones.

En la otra cara de la moneda, encontramos adolescentes dependientes de sus padres que muestran actitudes conformistas y autoritarias, mantienen relaciones estereotipadas lo que les impide establecer relaciones de intimidad.

Identidad en moratoria: en este nivel, los aspectos negativos están relacionados con un elevado nivel de ansiedad, como consecuencia de la crisis por la que están pasando.

Los aspectos positivos son los mismo experimentados por el logro de identidad, ya que a medida que van solucionando la situación de crisis se irá reduciendo el nivel de ansiedad.

Logro de identidad: representa a los adolescentes más maduros y autónomos, suelen caracterizarse por tener confianza en sí mismo y alta autoestima.

Al haber alcanzado un compromiso no suelen mostrar ansiedad y suelen tener un estado emocional favorable. En las relaciones sociales presentan conductas prosociales y son flexibles y abiertos.

Para tener estos rasgos, no sólo basta con haber alcanzado un compromiso sino, saber en qué medida estos compromisos son significativos y se ajustan a las exigencias que el adolescente se planteaba.

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