Adolescente y divorcios

La calidad de las relaciones familiares es más importante que el tipo de familia que son, así con independencia de que se trate de una familia monoparental, intacta o reconstruida, si existe armonía entre sus miembros será menos probable que los adolescentes muestren problemas conductuales y socioemocionales.

Aunque el divorcio o separación suele acarrear consecuencias negativas para los adolescentes, en esta etapa, chicos y chicas, han desarrollado cierta madurez para entender la situación lo que les permite evitar consecuencias negativas a diferencia que en etapas anteriores.

Esto no quiere decir que no tenga consecuencias, ya que la adolescencia es una etapa en la que se producen cambios como el desarrollo de la identidad, lo que se puede ver alterado a consecuencia del divorcio, sobre todo durante el primer año en el que se produce la ruptura.

El estrés y la ansiedad que suelen acompañar al proceso de divorcio no ayuda al delicado proceso de conseguir mayor autonomía y establecer relaciones sociales íntimas con el grupo de iguales, ya que los adolescentes suelen estar absortos en problemas familiares dejando de lado las actividades académicas, extraescolares, en las relaciones con los amigos o incluso en las relaciones de pareja debido a que la separación de sus padres puede generar desconfianza en este sentido.

También puede ocurrir que, tras la separación, los padres empiecen a tratar a los hijos/as como adultos o les impliquen en sus disputas, lo que no va a favorecer la estabilidad del desarrollo.

AdolescenteAunque la reconstrucción familiar puede contribuir al desarrollo de los hijos/as, quizás la adolescencia no sea la mejor época para aceptar a un nuevo miembro familiar, debido a que el/la joven está buscando la independencia afectiva respecto a las figuras parentales.

El adolescente, también puede ver al nuevo miembro familiar como una amenaza del cariño del padre/madre.

Esta situación parece verse agravada cuando el padrastro o madrastra ejerce un rol autoritario sobre el adolescente, por lo que es aconsejable que se muestre un poco más permisivo en cuanto a normas, dejando más peso al progenitor biológico.

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