Curva de Phillips
La curva de Phillips se formuló a partir de un estudio realizado en Inglaterra en el siglo XIX en el que se encontró una correlación negativa entre el aumento de los salarios y la tasa de desempleo.
Si subían los salarios disminuía el paro y si bajaban los salarios aumentaba.
Dada la fuerte relación entre salarios y precios, esta curva se suele utilizar representando la relación entre inflación y desempleo.
La explicación reside en que a medida que aumenta la demanda agregada, la tensión sobre los precios es mayor y comienzan a subir, mientras que el paro disminuye.
A corto plazo, cuando aumentan los precios bajan los salarios reales (los salarios nominales suelen subir en menor medida que los precios). Esta bajada de los salarios reales abarata el coste de la mano de obra y las empresas demandan más trabajo.
Esta curva parece plantear una disyuntiva a las autoridades económicas del país: elegir entre una inflación baja con elevado desempleo o una inflación más alta pero con menor desempleo.
En definitiva, al combatir la inflación (enfriando la economía) el desempleo aumenta, mientras que si se quiere luchar contra el desempleo relanzando la economía, habrá que aceptar un crecimiento de la inflación.
La relación que describe la curva de Phillips pierde validez en el largo plazo.
A largo plazo los salarios nominales terminan por recoger todo el aumento de precios, por lo que la caída inicial de los salarios reales desaparece, y las empresas se deshacen de los trabajadores que inicialmente habían contratado.
No se da, por tanto, una relación inversa entre inflación y empleo.
Veamos con más detalle este movimiento a largo plazo:
Supongamos que el gobierno toma medidas para impulsar la demanda y combatir el desempleo. Esto provoca un movimiento a lo largo de la curva de Phillips de "A" a "B".
Lentamente los salarios van recogiendo toda la subida de precios, lo que hará que las empresas se vayan desprendiendo de la mano de obra adicional que habían contratado. La curva de Phillips se desplaza a la derecha hasta llegar al punto "C": al mismo nivel de desempleo que al principio le corresponde ahora un nivel de precios más elevado.