El esqueleto I
Vamos a ver ahora el esqueleto parte a parte, más detenidamente.
Para empezar, el cráneo. Tiene una forma ovoide. Se distinguen dos piezas, el cráneo y la mandíbula inferior, que es movible.
En el cráneo apreciamos las cavidades orbiculares, en las que se insertan los globos de los ojos, y el hueco de las fosas nasales.
El hueso malar, puedes tocarlo, es el que da relieve a nuestros pómulos. Sobre los ojos están los arcos superciliares (bajos nuestras cejas), que sobre salen ligeramente. Llevándose las manos a las sienes apreciarás el hueco del hueso temporal.
En la boca, parte de nuestro esqueleto es visible: los dientes.
Bajando, encontramos el esternón, en la parte delantera, en el centro del pecho. Si estás delgado, es apreciable a simple vista. Tiene una forma parecida a la de una daga, y es donde se recogen las costillas, cerrando por delante la caja pectoral.
También, muy importante, es donde se insertan las clavículas