Pies sanos. Manos a la obra

Hemos valorado que podemos tratar unos pies que están sanos y sin graves problemas de salud, por tanto manos a la obra.

Debemos seguir un protocolo de actuación para llevar un orden en nuestro trabajo:

  1. Cinco minutos inmersos los pies en agua es suficiente para comenzar.
  2. Comenzaremos cortando las uñas (siempre cuadradas por los picos), excepto si hay algún pico clavado, ya que cortaremos ese pico redondeado. Limaremos después del corte e introduciremos un hilo de algodón si es necesario entre la uña y el canal de crecimiento para que cuando vaya creciendo la uña tome un buen camino y no vuelva a clavarse.
  3. Cada vez que terminemos este proceso de nuestra pedicura los pies volverán al agua.
  4. Aplicaremos vaselina en todas las cutículas para conservar la humedad para que mientras trabajamos un dedo los demás sigan húmedos y así no se endurezca la cutícula.
  5. Con el palito de naranjo empujaremos las cutículas hacia el nacimiento de la uña para eliminar el exceso y conseguir una uña limpia.
  6. Cortaremos la cutícula sólo lo necesario, es decir, el exceso de ella y las durezas que se forman en los laterales de la uña.
  7. Con el cepicallo cortaremos callos de los dedos y durezas de la planta y de los talones, nunca cortar en exceso ya que puede causar dolor, es mejor que nos quedemos cortos antes que dejar la piel demasiado fina y no poder caminar, debemos ser prudentes.
  8. Pasar la piedra pómez por donde hemos usado el cepicallo para dejar fina la piel, sin escalones.
  9. Terminado el proceso de pedicura procedemos al masaje, nutrición de la piel y al decorado de las uñas.

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