Importancia de la alimentación e hidratación en el aprendizaje

 
 

Ya sabemos que somos una unidad: Cuerpo, Cerebro, Mente.

Nuestro cerebro consume gran cantidad de energía y los estudios demuestran la influencia de la alimentación en el aprendizaje.

Existen nutrientes que están relacionados directamente con la memoria y la atención, como las legumbres, frutas y verduras (vitaminas del grupo B), cereales y frutos secos (vitamina E), frutas y hortalizas que contienen magnesio y potasio, pescados azules como el atún y la anchoa, que contienen omega 3 y 6. Es importante también el consumo de zinc (indispensable para la memoria y el aprendizaje), que se encuentra en el germen de trigo, en los garbanzos, las semillas de sandía, de ajonjolí, de calabacín. Así también los vegetales de hoja verde como la espinaca y la carne que aportan hierro, que es un nutriente sumamente importante para la atención y concentración.

Huelga decir que se debe evitar los estimulantes, los refrescos con gas, la comida procesada y la bollería.

alimentación saludable
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Además de elegir bien los alimentos, también es importante distribuirlos de forma adecuada durante el día atendiendo a las necesidades de nuestro cuerpo y adquirir buenos hábitos de alimentación.

Los niños deben aprender la importancia que tiene desayunar antes de ir a la escuela para tener la suficiente energía para poder atender la clase y cuáles son los alimentos idóneos en este momento del día (principalmente proteína y fibra) y llevar para el almuerzo un sándwich, un yogurt, una pieza de fruta o frutos secos.

Así, las porciones del desayuno y la comida serán más grandes que la de la cena, y esta a su vez, más grande que las comidas intermedias, como son los tentempiés a media mañana y a media tarde.

De igual manera, hidratarse adecuadamente es un requisito para estar sanos y en la actualidad se han realizado una serie de investigaciones que demuestran que hidratarse de forma deficiente impacta negativamente en el rendimiento escolar. La explicación es que, cuando se bebe poco líquido, baja la presión en el cerebro y esto ocasiona confusión, dificultades para concentrarse, en la memoria a corto plazo, en la capacidad de retención, etc.

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria recomienda beber de 2 a 2,5 litros de líquido al día cuando el esfuerzo mental es más intenso, y esto se logra no solamente ingiriendo agua, sino también zumos, lácteos, caldos, frutas y verduras.

Carmen Kauss Velarde

Maestra de educación infantil

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