Finales de peones. Lección introductoria

(61) Finales de peones
(Guillermo Gutiérrez)

Cuando el jugador ha estudiado concienzudamente ciertas posiciones básicas de los finales, me parece que la designación de "principiante" no le es ya más apropiada, ya que debe saber cómo desenvolverse en el final de la partida. Sin embargo, un conocimiento elemental no es suficiente todavía para capacitarlo a uno a desarrollar con entendimiento el final de partida.

No es mucho saber que un peón extra es una ventaja importante en un final y que para ganar la partida es necesario coronar este peón. Lo que es muy importante es ser capaz de realizar esto en la práctica. Ha llegado el momento de procurar familiarizar al lector con los diversos procesos típicos de juego en el final de partida. No es necesario en absoluto recordar esas posiciones.

Lo importante es dominar los métodos de ataque y defensa y comprender el plan general. Cuando se examinan las posiciones, uno debe prestar atención principal no a un detallado análisis de variantes, sino a apreciar la posición, a adquirir una ventaja, a formar un plan para explotarla y a los momentos tácticos cruciales que surgirán durante la ejecución de este plan.

Comenzaremos con un examen de finales donde, aparte de los reyes, sólo permanezcan sobre el tablero peones. Estos son los llamados finales de peones. Primeramente, familiaricémonos con la clasificación de los peones (ver siguiente diagrama).

 

ajedrez

Los peones situados en b4 y b5 -el rasgo característico de su estado es que están, por así decirlo, a la cabeza de la oposición contra el respectivo bando adversario- se denominan "peones bloqueados". Los peones situados en c5 y g5 de las blancas, y en e5 de las negras se denominan peones pasados, puesto que no existen peones enemigos en su camino.

Los peones pasados tienen también distintas características. El peón de "c" es un peón pasado protegido, en tanto que el peón "e" y el peón de "g" están aislados. Además, el peón de "g", el más distante de la masa principal de peones, es un peón pasado exterior. La teoría de los finales de peones ha sido trabajada mucho más a fondo que las demás. Sin embargo, debido al hecho de que las cuestiones que aquí se dilucidan han sido estudiadas durante mucho tiempo fuera de la práctica, muchas conclusiones que tienen una importancia práctica han permanecido mayormente ignoradas. Pero sin duda pueden facilitar la comprensión y el manejo de los finales de peones.

Algunas conclusiones son: en la vecindad de un peón pasado hay un grupo de casillas que tienen una importancia capital en el tratamiento de estos finales. Estas casillas se llaman escaques claves, puesto que en la ocupación de una de ellas por el rey del bando más fuerte significa la realización del objetivo final, que es coronar al peón. Aquí el juego consiste básicamente en la lucha del rey por las casillas claves, en tanto que el adversario trata de impedírselo.

La concentración de las casillas claves puede extenderse también a otras configuraciones de peones. He aquí un ejemplo: Tenemos ante nosotros una posición muy simple con peones bloqueados. El plan de las blancas en esta posición envuelve dos fases. Primeramente tiene que ganar el peón de su adversario y luego coronar el suyo propio.

Está claro que si el monarca blanco llega a ocupar una de las siguientes casillas: a5-b5-c5-e5-f5-g5, la caída del peón negro es inevitable. Consiguientemente, estas casillas pueden llamarse también con todo derecho casillas claves, pues su ocupación por el rey del bando más fuerte (en este caso las blancas) lleva a la realización del objetivo más próximo, ganar el peón. Se deduce que un peón bloqueado tiene su propio sistema de casillas claves.

Debemos advertir que la consecución del primer objetivo (ganar el peón) no dice nada todavía sobre el logro del segundo (promocionar el peón). Habiendo sufrido un revés en la lucha por el peón y habiéndolo perdido, el bando más débil puede impedir al adversario, coronar su peón. Y este fenómeno es el que encontramos aquí.

ajedrez

Si le toca mover a las negras, se ven forzadas a permitir que el monarca contrario llegue a las casillas claves del peón de aquella, así: 1...Re6 seguido de 2.Rg5 Re7 3.Rf5 Rd6 4.Rf6 Rc6 5.Re5 y las negras pierden su peón. Sin embargo, juegan entonces 5...Rc7! 6.Rxd5 Rd7! y la partida termina en tablas, debido a que el monarca blanco no llega a las casillas claves del peón pasado.

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