Finales de peones. La Regla del cuadrado
Para encontrar rápidamente si el monarca puede o no detener a un peón en los finales de peones, se utiliza la denominada “Regla del cuadrado”.
En el diagrama, el cuadrado del peón (formado por las casillas b4-b8-f4-f8) está trazado con línea roja y siempre se forma en función de la cantidad de casillas que le faltan al peón para coronar, contando aquella que el peón ocupa. Con un peón en su posición inicial, cuando tiene derecho a avanzar dos casillas de una vez, el cuadrado se forma sobre la base del peón estando ya en la tercera fila.
La mencionada regla consiste en lo siguiente:
Si el monarca se encuentra en el cuadrado del peón o puede entrar a él al moverse, entonces se apodera del peón; si no, no puede atraparlo.
En la posición de análisis sucede que si juegan las negras hacen tablas; por contraposición, si jugaran las blancas ganarían simplemente con el avance del peón, el cuál sería imposible de detener por el monarca negro y el peón lograría la promoción. Pero es el turno de las negras y debemos saber de antemano si el rey negro podrá detener al peón. Entre las casillas "b4" (donde se encuentra el peón) y la casilla de coronación (en este caso "b8") formamos imaginariamente una recta para posteriormente tener formado un cuadrado como está señalizado en el diagrama de arriba. La regla del cuadrado estipula que si el monarca negro (en este caso) está dentro del cuadrado podrá capturar al peón. Antes de proseguir con esta posición debemos tener en cuenta que el rey blanco no participa en la defensa de su peón.
Entonces, tenemos que en la posición de análisis:
- Si juegan las negras, moverían el rey hacia f4, entran al cuadrado del peón blanco y logran capturarlo. La partida sería tablas.
- Si juegan las blancas, mueven el peón hacia b5 y el monarca negro no logra detener el avance hacia la promoción, por lo tanto ganan las blancas.
La Regla del cuadrado constituye un elemento de gran apoyo cuando se enfrenta en un tablero ante un final de peones sueltos. Practíquela y notará que sorprenderá a más de un ajedrecista.