Dama y peón contra dama I

(39) Finales de dama
Dama y peón contra dama
(Guillermo Gutiérrez)

ajedrez

Este final es no solamente difícil de conducir, sino incluso más complicado para analizar.

Por lo general se llega a posiciones en que ambos monarcas se encuentran expuestos a los jaques de la dama enemiga, lo que hace virtualmente imposible analizar por completo cada variante.

Debemos por tanto, limitarnos a los principios maestros que pueden ilustrarse con uno o dos ejemplos concretos. Por existir tantas posibilidades, se tratará sólo posiciones con un peón en la séptima fila.

A pesar de ésta restricción, quedan aún múltiples situaciones complejas que será imposible profundizar en este curso introductorio a los finales de damas.

Durante mucho tiempo se pensó que este tipo de final (dama y peón contra dama) era normalmente de tablas por el bando que posee el peón raramente podía tener éxito en promocionarlo. Se consideraba que solamente el peón del alfil ("c" o "f") tenía oportunidad de victoria.

En tiempos recientes, empero, gran cantidad de material y análisis han mostrado que todas las posiciones con un peón en la séptima fila ofrecen buenas perspectivas para obtener el triunfo.

El peón de torre ("a" o "h") es un caso excepcional, aunque incluso en este caso se han descubierto algunas posibilidades.

Para dar al lector una idea de las dificultades a que se enfrenta en posiciones semejantes tanto el bando atacante como el defensor, queremos discutir uno o dos ejemplos con cierta profundidad.

De esta manera se podrán señalar algunos métodos ganadores que puedan aplicarse a posiciones similares. La posición de análisis se dice fue el resultado de una partida entre A.

Alekhine contra Stolz, disputada en 1942, y es un ejemplo razonablemente favorable del tipo de situación que puede surgir cuando el atacante tiene un peón central. Dicho peón ofrece a las blancas buenas opciones para ganar, principalmente porque su monarca puede utilizar ambos lados del peón para refugiarse de los jaques.

Veamos ahora como se defiende el negro: 1...Db3+ (Pierde inmediatamente  1...Da7? luego de  2.Rf8!+-) 2.Rf8 es lo más simple, aunque las blancas puedan ganar también con otras jugadas.  (Por ejemplo, también gana  2.De6 Df3+ 3.Df6 Dh5+ (y si el negro juega 3...Dd5+ entonces las blancas contestan con  4.Rg7 Db7 5.Rf8+- ganando4.Rg7 Dg4+ 5.Rf8 Db4 6.Da6+ Rb3 7.De6+ Ra3 8.Rg8+- y el peón llega a coronarse.) 2...Db4 (Tras  2...Da3 las blancas cambia las damas con  3.Dd7+! Rb4 (3...Rb3 4.Dd3++- ganando)4.Dd6++- ganando) 3.De5!

Notará el lector que a menudo las jugadas tranquilas y bien calculadas consiguen más en estos finales que los jaques, aparentemente más poderosos.

Con esta jugada las negras ya están en zugzwang.  3...Rb3 (Si las negras intentan  3...Da3 se gana con  4.Rg7+-; Y si juegan  3...Ra3 se fuerza el cambio luego de  4.Da1+!+- ganando) 4.De3+ y ahora no hay manera para evitar la coronación del peón4...Rc2 5.Rg7 Dg4+ 6.Rf6 (también es jugable la continuación  6.Rh6 Dh4+ 7.Rg6 Dg4+ 8.Dg5 De2 9.Rg7+- ganando) 6...Dh4+ 7.Rg6 Dg4+ 8.Dg5 Da4 9.Dc5+ Rd2 10.Dd6+ Rc2 11.Dc7+ Rb1 12.Db8+ Rc2+- y resulta imposible detener la coronación del peón. Como puede verse, un peón central ofrece al bando fuerte muy buenas perspectivas de victoria. (1–0)

 

 

Dama y peón contra dama I
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