el origen del espejo retrovisor
Su “ideólogo” fue Ray Rannoun, un piloto de coches de carreras que iba a participar en la famosa carrera de las 500 millas de Indianápolis a comienzos de la primera década del siglo pasado.
Lo habitual era que una persona fuese montada en la parte trasera del coche, para indicar al piloto las condiciones en las que sus perseguidores se situaban tras él.
Ese día Ray no contaba con tan inestimable ayuda, por lo que pidió permiso para colocar un espejo y así poder controlar a sus adversarios, permiso que le fue concedido y que a la postre le haría vencedor de la carrera.
Pocos años después empezó a comercializarse como parte de los vehículos urbanos.