el origen de la expresión "Ser un vivalavirgen"
Se dice que es un “vivalavirgen” (si, todo junto, sin espacios entre las palabras según el diccionario de la RAE) a la persona que es informal, que muestra despreocupación por casi todo y que se le considera además perezosa u holgazana.
Existen 3 posibles orígenes de la expresión, si bien todos tienen que ver con el mar.
Los dos primeros orígenes son bastante similares, pues alude al momento en el que la tripulación de los barcos debían formar en cubierta; bien para hacer recuento del número de tripulantes (para ver si alguno se había caído por la borda o no había regresado al barco tras alguna parada en puerto antes de partir) que se encontraba a bordo y a lo que el último debía gritar “¡Viva la Virgen!” (usándose por tanto el término para la gente despreocupada y que no llega puntual); bien para cantar el número que tenían a la hora de hacer la correspondiente guardia en el barco, por lo que el considerado como más torpe era dejado para la última, teniendo que gritar también “¡Viva la Virgen!” (en este último caso, el término se usa para los menos hábiles a la hora de realizar cualquier labor).
Otra teoría nos lleva hasta las recién colonizadas costas americanas, donde los indios evangelizados eran entrenados por los españoles para repeler cualquier intento de los barcos extranjeros de desembarcar en las citadas costas; atacándolos al grito de “¡Viva la Virgen!”. Como pasaba mucho tiempo entre ataque y ataque, permanecían sin hacer nada durante estos períodos, por lo que al final el término de “ser un vivalavirgen” se aplicó a los holgazanes.