el origen de la expresión "Quién fue a Sevilla perdió su silla"
Cuando usamos la expresión “Quien fue a Sevilla perdió su silla” nos referimos a que alguien pierde alguna posesión debido a que la ha dejado desatendida por cualquier motivo durante un período de tiempo, ya sea largo o corto.
El origen lo encontramos en el Siglo XV, en un enfrentamiento entre Alonso de Fonseca el Viejo y Alonso de Fonseca el Mozo, tío y sobrino además de arzobispos de Sevilla y Santiago de Compostela respectivamente.
El hecho es que Santiago de Compostela vivía unos momentos un poco “difíciles”, por lo que el sobrino pidió ayuda a su tío (con mucha más experiencia) para que fuese a dicha ciudad y tratara de ponerla en orden y pacificarla, de manera que pudiese tomar posesión del sillón arzobispal tranquilamente; mientras, él le guardaría su sillón en Sevilla.
Así hizo el tío, y tras concluir su “misión” con éxito se dirigió de regreso a Sevilla, donde le esperaba su puesto como arzobispo… pero cual fue la sorpresa cuando al llegar su sobrino no quiso devolverle su cargo; llegando el asunto hasta la autoridad real (Enrique IV) y Papal, cuyas intervenciones fueron necesarias para que el bueno de Alonso de Fonseca el Viejo recuperase el sillón arzobispal de Sevilla.
Tomando desde este momento popularidad la frase “Quien se fue de Sevilla, perdió su silla”, que ha evolucionado hasta la actual.