el doloroso origen de la expresión "saber lo que vale un peine"
Cuando utilizamos la expresión “enterarse de lo que vale un peine” estamos haciendo una amenaza o advertencia a alguien sobre las funestas consecuencias que los actos que está realizando o realizó en el pasado acarrearán.
Sin embargo, el peine al que nos referimos no es ningún elemento que podamos usar para nuestra higiene o embellecimiento capilar, más bien todo lo contrario.
Nuestro protagonista es un elemento utilizado durante la Edad Media (cuando ya existían peines capilares) para infringir tremendas heridas en caso de torturas.
Era una especie de rastrillo que tenía unas afiladísimas púas metálicas con las que se “peinaba” la piel de los reos, de manera que producía gran dolor y graves heridas, pues “raspaba” la piel del torturado, dejándolo en “carne viva” y provocando la muerte.