Las orejas...
Iba caminando por la calle un borracho y se encuentra con su amigo, y éste al ver que el borracho tenía las orejas a carne viva le pregunta:
-Pero, ¿qué te ha pasado?
-Es que a mi mujer se le ocurrió dejar la plancha prendida, y sonó el teléfono y agarré la plancha por equivocación.
-Pero, ¿y la otra? Y el borracho le contesta:
-El teléfono volvió a sonar.