Necesidad de una nueva visión ética en las relaciones con los proveedores

El entorno actual caracterizado por la incertidumbre y la alta velocidad de los cambios requiere de las empresas una continua adaptación para permanecer competitivas. Se hace necesario el establecimiento de estructuras flexibles que puedan reaccionar con prontitud ante variaciones ambientales.

Profundizando en lo anterior, de nada sirve una empresa con una estructura flexible, si esta flexibilidad no se presenta en el resto de organizaciones de las que depende, por lo que se hace imprescindible una colaboración estrecha entre las empresas que conforman la cadena de valor del producto. Esta coordinación proporcionará la posibilidad de generar valor añadido para ambas partes debido a la minimización de los costes de no colaboración.            

Los nuevos retos de la competitividad exigen un comportamiento cooperativo entre las empresas y sus proveedores y una nueva visión de los proveedores como colaboradores. Bajo esta óptica se produce un desplazamiento desde la concepción de la cadena de valor de la empresa a otra, más amplia en la que el producto es el eje que vértebra la cadena de valor, por lo que las posibilidades de generación de valor añadido se amplían notablemente. En muchos casos, dichas posibilidades requerirán la participación explícita de otras organizaciones, especialmente las que se encuentran en fases anteriores de dicha cadena de valor del producto.

El establecimiento de unas relaciones de cooperación duraderas y eficaces requiere una comunicación veraz, una clara voluntad de cumplimiento de los compromisos, lealtad, credibilidad y una atención constante a los problemas y necesidades de las otras partes.


Una comunicación abierta, clara y generosa entre las empresas es básica para responder de forma rápida a los cambios del mercado, formando una red de información no sólo que facilite la flexibilidad, sino que permita además la reducción de costes y una mejor generación de valor añadido.

Estas relaciones estrechas y a largo plazo entre empresas y proveedores necesitan la generación de un clima de comprensión y un alto nivel de confianza. Se precisa una nueva visión de los suministradores como colaboradores y no como adversarios, una visión amplia y global que ve más allá de la propia empresa y se asienta en valores fuertemente arraigados.*

Este nuevo tipo de relación en la que es imprescindible la confianza mutua, la colaboración constante, el encuentro de soluciones de forma conjunta, exige la presencia de una cultura corporativa basada en valores sólidos y en un comportamiento ético mantenido de forma clara a lo largo del tiempo.

El nuevo marketing de relación con los proveedores, muestra las herramientas para el establecimiento con éxito de esta nueva filosofía empresarial. Las relaciones de los fabricantes y en especial las de estos con las grandes cadenas de distribución, plantean múltiples problemas éticos que en buena medida pueden ser solucionados con una visión más amplia, a largo plazo y de cooperación entre empresas. La problemática el plazo de pago entre las cadenas de distribución y los fabricantes y la solución que planteamos es un buen ejemplo de la necesidad de este nuevo planteamiento.

 

 

*          FRANKE R. H., HOFSTEDE G. y BOND M. H. (1991) "Cultural roots of Economic Performance: A Research Note". Strategic Management Journal Vol. XII, pp. 165-173.

FORD J. B. y HONEYCUTT E. D. (1992) "Japanese National Culture as a basis for understanding japanese Business Practices". Business Horizons, Nov-Dic. pp. 27-34.

 

Contenidos que te pueden interesar
Este sitio usa cookies para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Ninguna cookie será instalada a menos que se desplace exprésamente más de 400px. Leer nuestra Política de Privacidad y Política de Cookies. Las acepto | No quiero aprender cursos gratis. Sácame