Fenomenología como método lógico

LA CONCRECIÓN DE LA LÓGICA.

Si los antiguos griegos consideraron que las contradicciones en la realidad corresponden no a lo que la realidad es, sino a la apariencia de la realidad, cada vez más en los tiempos que corren se ha dado importancia a la contradicción en el estudio de la realidad.

Si la realidad es entendida como conflictiva, entra en contradicción con la Lógica Formal tradicional que  no admite la contradicción.

Por esa razón es que han surgido otras direcciones de pensamiento que, en un sentido amplio también pueden entenderse como “lógicas”. Tales son: la fenomenología y la dialéctica.

La fenomenología, ante la conciencia de la insuficiencia de la lógica tradicional para superar la contradicción de la realidad, pretende encontrar otro camino diferente que lleve a una meta semejante: pretende encontrar otro camino diferente que lleve a una meta semejante: pretende buscar el modo de comprender la esencia de la realidad desde el fenómeno, pero sin razonar, sin conocimiento discursivo, sino por medio de la intuición.

La dialéctica, en cambio, quiere entender la realidad desde el seno de las contradicciones que aparecen en la misma, por medio del conocimiento del movimiento profundo de esa realidad.

LA FENOMENOLOGÍA COMO METODO LÓGICO.

Considerada como “método”, la fenomenología quiere llegar a la esencia de las cosas sin pasar por el razonamiento.

Parte del “fenómeno” o sea del modo como las cosas aparecen ante el observador, y sostiene que ante un observador que esté en la actitud adecuada, en ese mismo fenómeno se muestra la esencia de la realidad, que viene a ser una verdadera esencia fenoménica de la realidad.

Los momentos del método fenomenológico han sido expuestos muy claramente por Carlos Díaz en su obrita “Introducción a la Fenomenología”.

LA EPOJE.

El camino fenomenológico empieza por un “poner entre paréntesis” todas nuestras convicciones y prejuicios sobre la realidad y sobre la vida.

Esa acción es un verdadero “despojo” de nuestras ideas previas al conocimiento del fenómeno, por eso es que Husserl la ha llamado “epoje”.

Ese despojo reviste diversos matices, cada vez más exigentes.

LA REDUCCIÓN FENOMENOLÓGICO.

El despojo debe ser completado con otros pasos:

a) Primero, debe empezarse por una “descripción” del fenómeno que se presenta ante nosotros. Se trata de encontrar las notas o características que sean esenciales a lo que describimos.

b) Segundo, se debe llegar a una “reducción fenomenológica”, se debe reducir a “puro” fenómeno lo que percibimos.

c) Entonces es que podemos llegar a la esencia, a la “eidos” del fenómeno, llegamos a la “intuición eidética”.

LA RECONSTITUCIÓN DEL MUNDO.

Por fin, una vez que se ha encontrado sentido a la realidad, podemos volver a la misma realidad que pusimos entre paréntesis, pero con la convicción de que ahora sí la comprendemos.

Se trata de un proceso de “retorno”, de un “reconstrucción” o “reconstitución” del mundo como tal.  

LA FENOMENOLOGÍA ES UNA FORMA DE IDEALISMO.

La fenomenología es una forma de idealismo porque la reconstrucción del mundo sólo se lleva a cabo en la conciencia humana, no en la realidad.

La fenomenología es idealismo porque no enfrenta las contradicciones de la realidad, sino que las evade.

La fenomenología es un idealismo porque entiende al filósofo y al hombre de ciencia como un observador desinteresado de la realidad que sólo se ocupa de “conocer” mejor la realidad.

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