Ciencia y Filosofía

EL PROBLEMA.

Etimológicamente, “ciencia” significar “saber”, pero en base a eso, no podemos decir que tosas las formas de saber que existen puedan ser llamadas por ese término.

Es preciso distinguir lo que es el saber de la ciencia respecto de otros tipos de saber.

  La primera distinción es entre “opinión” y “epistéme” o “ciencia”:Históricamente es ésta la primera cuestión que distingue entre el “saber vulgar” y el “saber científico”.

La “opinión”, en cuanto que es “saber vulgar”, no es igual a la ignorancia, sino, que según explicó Platón, esta situada entre la perfecta ciencia y la absoluta ignorancia.

  La segunda distinción que es necesario hacer es entre “ciencia” y la “filosofía”: Esta distinción es más difícil pues las dos disciplinas se caracterizan por su “rigor”, por su  orden “metódico”, etc.

Cuando nacieron tanto la ciencia y la filosofía no era necesario hacer ninguna distinción, pues la “sabiduría” era una sola; pero, con el tiempo, en la medida que las ciencias han ido logrando su independencia respecto de la filosofía, se hace imperativo puntualizar las diferencias entre ambas, para delimitar sus respectivos campos.

LA NATURALEZA DE LA CIENCIA.

Podemos repetir con Ferrater Mora que la ciencia es “un modo de conocimiento que aspira a formular, mediante lenguajes rigurosos y apropiados, “leyes por medio de las cuales se rigen los fenómenos”.

Desde ese punto de vista, dos objetivos necesarios e imprescindibles de la ciencia son:

a) Que las leyes que descubre y formule sean “comprobables” por “observación y / o experimentación”;

y b) Que sean útiles para “predecir” acontecimientos relativos a los fenómenos a los que las leyes se refieren.

LOS NIVELES DEL CONOCIMIENTO.

Con el objeto de aclarar un poco más las relaciones mutuas entre las ciencias y la filosofía y con el interés de ubicarlas en el nivel de conocimiento adecuado, utilizaremos una clasificación que tiene sus raíces en el pensamiento de los griegos, pero que ha sido reformulada y planteada en el artículo “ciencia y Filosofía” por el Dr. Santiago Montes.

  Plantearemos tres niveles de conocimiento:

a) La Experiencia, que puede ser:

i) empírica.

ii) Práctico.

b) La Ciencia (o Epistéme)

c) La Teoría

EL OBJETO DE LA FILOSOFÍA.

El otro problema que puede plantearse con respecto a la distinción entre ciencia y filosofía es el que se refiere a su objeto.

La pregunta por medio de la cual se formula el problema no es “¿cuál es el objeto de la filosofía?”, sino una más radical: “¿Tiene objeto la filosofía? ¿Existe un objeto un objeto de la filosofía?”  (siguiendo el planteamiento de Zubiri).

  El problema no está en que no se sepa cuál es el objeto, pues su ese fuera el caso, sólo habría que indicar cuál es.

El caso es que el objeto de la filosofía no puede ser comparado con ningún otro objeto, sea éste real, ficticio o ideal. El objeto de la filosofía es “tan otra cosa que no es cosa”.

  Pero, a pesar de que no es una cosa, encontramos que el objeto de la filosofía no puede encontrarse separado de un objeto de conocimiento, puesto que está oculto en cualquier objeto posible.

Por el hecho de “estar oculto” es que “debe ser buscado”; el objeto de la filosofía es “esencialmente fugitivo”.

  ¿De qué huye el objeto de la filosofía? Huye de una “simple mirada de la mente” (esto es, de una “simplex mentis inspectio”) para volverse objeto de una “reflexión”.

Entendemos por reflexión “un acto o una serie de actos que en una u otra forma vuelven sobre el objeto de un acto anterior a través de éste”. Esta nueva mirada sobre el mundo, más atenta que la primera, busca colocar las cosas del mundo, más atenta que la primera, busca colocar las cosas del  mundo dentro de una perspectiva más profunda, más radical.

  El objeto de la filosofía, pues, incluye tres características:

a) Es constitutivamente latente

b) Es esencialmente fugitivo

c) Es objeto de una reflexión

  La diferencia entre la ciencia y la filosofía, en lo que se refiere a su objeto, está en que la ciencia estudia un objeto “que está ahí”, mientras que la filosofía “persigue”, “busca” su objeto, pues éste, por su propia naturaleza, huye.

En otras palabras, la filosofía “no consiste sino en la constitución activa de su propio objeto, en la puesta en marcha de la reflexión”.

“Mientras cualquier ciencia y cualquier actividad humana considera las cosas ‘como son’ y ‘tales como son’, la filosofía considera las cosas ‘en cuanto que son’.

Dicho en otros términos, el objeto de la filosofía es "trascendetal’”.

Precisamente por eso es que Zubiri afirma con convicción que “aunque no sea exacto lo que decía Kant, ‘no se aprende filosofía, sólo se aprende a filosofar’, resulta absolutamente cierto que ‘sólo se aprende filosofía poniéndose a filosofar’”.

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