Entorno social

Asumir que existe una discapacidad en alguien cercano a nosotros, no es una tarea fácil de asumir, a veces puede llevar años o incluso una vida entera. El entorno social va descubriendo paulatinamente que estas personas tienen capacidades sorprendentes, aunque diferentes a las de los demás, por ello le hacen ser una persona única.

Para ayudar a las personas que padezcan este trastorno, deberíamos integrarlo en la medida de lo posible dentro de nuestra sociedad, ayudándolo mediante actitudes positivas y acciones que fomenten el apoyo.

Para ello, he clasificado acciones que puedan repercutir favorable o negativamente en el desarrollo integral de la persona autista, que podremos encontrar en el siguiente cuadro:

ACTITUDES POSITIVAS

 

 

Actitud de la familia

La familia es un elemento importante para lograr con éxito la adaptación del niño autista. El comportamiento de la familia con el niño autista determinará de forma importante en cómo se puede llegar a comportar el niño. Por lo tanto, habría que prestar atención a la forma en la que nos amoldamos al niño, la forma de tratarlo, el cariño y la fijación de metas que puedan alcanzar razonablemente.

 

 

Amor y aceptación

El diagnóstico del trastorno en ocasiones puede provocar algún tipo de conmoción en el entorno social, que conlleva un periodo de aceptación. Para ello, es necesario conocer el trastorno en profundidad y hacer uso de las mejores técnicas para facilitar su estilo de vida. Hay familiares que tratan de ignorar el trastorno en sí, esto repercutiría negativamente, ya que construirá un muro entre el niño y la familia o viceversa. Con lo cual es importante mantener una actitud positiva y ante todo constructiva.

La aceptación no sería igual a la resignación, sino a transformar la ira sobre el autismo en una actitud de determinación, pero sobre todo de no dejarnos vencer para hacer frente a todo lo que conlleva.

Expectativas

Los niños autistas tienen una serie de capacidades y habilidades distintas a las del resto, es por ello que el niño determinará sus propias metas. A partir de ahí podríamos orientarlos, animarlos a conseguirlas y sobre todo marcárselas con frecuencia para que sepan claramente su objetivo. Es importante ser realista, ya que esperar demasiado puede resultar frustrante. Debemos aportarle una visión real del mundo y proponer metas que pueda cumplir, ya sea a corto o largo plazo.

 

 

Independencia

Cuando descubrimos a una persona autista, el comportamiento más común es aquel en el que sentimos compasión, lo que dará lugar seguidamente de una actitud protectora. Esta actitud no sería la mejor, ya que fomentaríamos su dependencia en el entorno familiar. Para ayudarlo a tomar sus pasos hacia la independencia es necesario inscribirlo en un programa educacional diseñado para sus necesidades.

Siempre y cuando el niño muestre actitudes independientes en ciertas ocasiones, es cuando deberíamos iniciarle a serlo.

 

Comunicación

La comunicación debe de ser abierta y sincera para facilitar la fluidez del proceso comunicativo con el afectado. También es imprescindible compartir sentimientos para fomentar un clima de apoyo por parte de la familia con el objetivo de crecer felizmente.

 

Apoyo

Siempre es importante el apoyo emocional de la familia, con lo cual sería recomendable relacionarse con personas que se encuentren en la misma situación. Los profesionales que traten al niño autista, también deberían ser un gran apoyo, pues nos puede orientar y ofrecernos herramientas con las que seguir adelante. Sin embargo, habrá ocasiones en las que falle la comunicación y son en estas situaciones cuando los familiares pueden llegar a sentirse un tanto abrumados por la situación.

ACTITUDES NEGATIVAS

 

 

Interés excesivo

Hay ocasiones en las que los familiares se interesan tanto por la vigilancia del niño que dedican la mayor parte de sus horas en el cuidado. Los padres pueden llegar a adquirir la habilidad de anticiparse ante situaciones premonitorias dedicando gran tiempo a esto, mientras se olvidan de incentivar las habilidades sociales y lingüísticas. Es por ello, que el interés en exceso puede verse perjudicado, tanto por la falta de tiempo para desarrollar sus habilidades, como en dedicar tiempo a la pareja o el resto de hijos.

 

 

Sobreprotección

Todos los familiares intentamos proteger nuestro entorno como capacidad innata ante un posible peligro, pero tampoco es debido hacerlo en exceso. Esta actitud puede desembocar en la idea de que el autismo no permite al niño establecerse como una persona autónoma, hecho completamente falso, los que pueden negarle esa posibilidad somos nosotros mismos. Habría que cambiar la actitud de sobreprotección en protección en su justa medida.

 

Rechazo

Para muchos familiares, el hecho de presenciar conductas autistas, puede resultar ser bastante complicado (pues no es fácil ver como niños se autolesionan o intentan agredir). Como resultado algunos padres prefieren ignorar estas actitudes como medio de autoprotección. Esto supondrá una actitud de cobardía que se puede ver agravada y sobre todo, que de ello dependerá la intervención a tiempo

Alicia Madueño Cermeño

Diplomada en Magisterio, especializada en Lengua Extranjera y Educación Especial. Monitora de Animación Sociocultural.

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