Calidad de los productos ecológicos

Al hacer referencia a la calidad de un determinado producto ecológico, se hace alusión al conjunto de propiedades y características del mismo, que le confieren aptitud para satisfacer una serie de necesidades.

Sin embargo, habitualmente cuando se analiza la calidad referida a un alimento se piensa exclusivamente en su valor nutritivo y/o su efecto sobre la salud. Este análisis de la calidad de un producto resulta incompleto, ya que considera únicamente las propiedades intrínsecas del mismo. Deberían valorarse también, cuestiones relativas a la producción, transformación, comercialización y consumo del alimento en cuestión.

Para llevar a cabo una valoración exhaustiva de la calidad de un producto ecológico, se han de considerar, al menos los siguientes parámetros:

CALIDAD INTRÍNSECA

-      Propiedades internas.

o   Autenticidad.

o   Calidad nutricional.

o   Contenido en vitaminas y minerales.

o   Calidad sensorial.

o   Ausencia de residuos plaguicidas.

-      Aptitud funcional.

o   Adaptación al sistema de cultivo.

o   Conservación tras la recolección y en almacén.

CALIDAD EXTRÍNSECA.

-      Ambiental.

o   Menor impacto hídrico.

o   Ahorro de energía.

o   Conservación de la biodiversidad.

o   Limitación de pesticidas.

o   Reutilización y reciclaje.

-      Socioeconómica.

o   Generación de empleo local.

o   Internalización de los costes.

A continuación se desarrollan algunos de los parámetros citados:

        A.    AUTENTICIDAD: Hace referencia a que las características del producto se correspondan con lo que se indica en la etiqueta del mismo. En este sentido es importante tener en cuenta que, en agricultura ecológica, lo que se vende no es exclusivamente un alimento con unas características concretas, sino también un método sostenible de producción, socialmente justo y viable.

        B.    CALIDAD NUTRICIONAL: puede entenderse como la capacidad de un alimento para proporcionar nutrientes beneficiosos para la salud y que eviten la aparición de enfermedades concretas, debidas a determinadas deficiencias nutritivas presentes en algunos alimentos. Existe la creencia generalizada de que los productos ecológicos son más beneficiosos para la salud, y la mayoría de experimentos y estudios realizados al respecto así lo corroboran. Esta característica es una de las que más empuja a la sociedad a consumir productos ecológicos.

       C.    CONTENIDO EN VITAMINAS Y MINERALES: por regla general las frutas y verduras ecológicas contienen más minerales y vitaminas que las obtenidas por métodos convencionales. En relación a este aspecto es interesante señalar que la presencia de vitaminas y minerales por unidad de volumen en los productos ecológicos, es muy superior a la medida en los productos convencionales, que ofrecen un mayor contenido en agua. Por tanto, cuando se compara la productividad de los sistemas convencionales con la de los ecológicos, no deberían usarse exclusivamente los datos de peso fresco.

       D.    CALIDAD SENSORIAL: lo que se valora con este parámetro es el sabor y el aspecto del producto. El aspecto o apariencia externa de los productos ecológicos puede presentar a veces ciertas deficiencias respecto a los tradicionales, especialmente en frutas y algo menos en verduras, aunque no es algo generalizable ni totalmente objetivo. Además, existe la posibilidad de que este peor aspecto se deba a factores ajenos a la producción como puede ser la distribución. Por su parte, el sabor es una característica difícil de valorar, debido a su alto componente de subjetividad. Generalmente se observa que tanto consumidores como expertos catadores, afirman que los productos ecológicos saben mejor, pero es difícil tener estudios científicos que corroboren esta afirmación por el elevado número y el tipo de factores que intervienen en su valoración.

        E.    AUSENCIA DE RESIDUOS PLAGUICIDAS: este aspecto es el que empuja a muchos consumidores a elegir productos ecológicos. Existen multitud de estudios médicos que ponen de manifiesto la relación existente entre los residuos de plaguicidas en los alimentos con la aparición de diversos trastornos en la salud como alergias, cáncer, esterilidad, etc.

Para llevar a cabo análisis de la presencia o ausencia de restos de plaguicidas en los alimentos, han de considerase varios factores:

o   En la producción ecológica no se usan sustancias químicas de síntesis, las cuales representan el 90% de los fertilizantes y fitosanitarios empleados en agricultura convencional.

o   Ha de considerarse además, los residuos que pueden quedar en los alimentos generados por la contaminación ambiental. Los resultados de los estudios confirman que los productos convencionales presentan siempre un porcentaje de muestras libres de residuos de pesticidas muy inferiores a los porcentajes que presentan las muestras ecológicas, pero no se puede afirmar que estos últimos estén completamente libres de residuos. Si la contaminación ambiental afecta a todos, es imposible que las producciones ecológicas estén totalmente libres de todo residuo.

        F.    ADAPTACIÓN AL SISTEMA DE CULTIVO: este aspecto es normalmente reconocido por el propio agricultor. La adaptación al sistema de cultivo es un aspecto de la calidad que ha de ser analizado desde diferentes enfoques: resistencia natural a plagas y enfermedades, adaptación del cultivo a condiciones climáticas y edáficas,  respecto a los ciclos naturales, etc. EI hecho de respetar los ciclos naturales origina que la oferta de alimentos ecológicos, en determinadas épocas del año, pueda ser inferior a la oferta de alimentos convencionales.

       G.    CONSERVACIÓN TRAS LA RECOLECCIÓN Y EN ALMACÉN: este aspecto posee una gran importancia en la distribución del producto. Se ha comprobado que, de forma general, los productos ecológicos sufren menores pérdidas de calidad en el almacenamiento que los convencionales.

       H.    MENOR IMPACTO HÍDRICO: La contaminación por nitratos es un problema frecuente en zonas de elevada concentración ganadera y de uso elevado de fertilizantes minerales nitrogenados, especialmente cuando se aplican en exceso y fuera de las fechas recomendadas. Estas tierras de labor suelen estar ligadas a la producción convencional, ya que estos abonos no están permitidos en producción ecológica. Por lo general, en las fincas convencionales existen mayores pérdidas de nitratos que en las ecológicas, debido a que los fertilizantes empleados en estas últimas son menos propensos al lavado de nitratos, siempre que se haga un uso racional de los estiércoles y se diseñen correctamente las rotaciones de cultivos.

          I.    AHORRO DE ENERGÍA: por lo general la agricultura ecológica consume alrededor de un 60% menos de energía, proveniente de fuentes fósiles, que la agricultura convencional.

         J.    CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD: la agricultura ecológica favorece la biodiversidad y la existencia de los diferentes niveles tróficos en los agroecosistemas. Estos objetivos se alcanzan con mayor facilidad al integrar agricultura y ganadería, con lo que se consigue además cerrar los ciclos de nutrientes entre el suelo, los vegetales y los animales. Son comunes las prácticas encaminadas a incrementar la biodiversidad (asociaciones de cultivos, rotaciones, diversificación de cultivos, etc.) Estas prácticas previenen los problemas asociados al monocultivo continuado como enfermedades y plagas. 

        K.    LIMITACIÓN DE PESTICIDAS: el amplio rango de pesticidas utilizados en la agricultura convencional tiene un impacto ambiental que aún no ha sido calificado ni cuantificado en toda su extensión. En los últimos años se han elaborado diferentes estudios que relacionan la exposición de trabajadores del campo a los pesticidas con la aparición en sus organismos de determinados problemas de salud (Olea et al, 1998). No se trata de alarmar a la población que usa estos productos en su trabajo diario, pero si de advertir este riesgo y señalar a su vez que los antecedentes personales (el tipo de vida, el tiempo de exposición, exposición a la contaminación ambiental, etc.) son factores que condicionan la incidencia de los compuestos químicos de síntesis en la salud de las personas. En la agricultura ecológica, las únicas sustancias autorizadas para el control de plagas y enfermedades son de origen natural por lo que se limita así la presencia de residuos de plaguicidas en nuestro entorno, evitando así (en la fracción correspondiente) la producción del riesgo señalado anteriormente.

        L.    REUTILIZACIÓN Y RECICLAJE: la agricultura ecológica considera la reutilización y el reciclaje como un valor importante entre sus numerosas prácticas, de ahí que sea un tipo de agricultura más sostenible si cabe en materia de gestión de los recursos naturales.

       M.    GENERACIÓN DE EMPLEO LOCAL: las mayores necesidades de mano de obra en la agricultura ecológica, hacen que este tipo de agricultura genere una mayor tasa de empleo en comparación con la agricultura convencional. A esta generación de empleo en la producción hay que sumarle la generación de empleo asociada a las etapas de elaboración, transformación y distribución. Cuando la comercialización se genera en los canales cortos como tiendas familiares, cooperativas de consumidores, etc., la creación de empleo se produce en el entorno más cercano a la producción y al consumo, lo que  beneficia el desarrollo de una economía local.

       N.    INTERNALIZACIÓN DE LOS COSTES: la agricultura ecológica produce un menor impacto ambiental que la convencional, ya que trabaja en consonancia con el medio. La forma de realizar los tratamientos fitosanitarios, el uso de maquinaria, el abonado, etc. provocan una patente reducción de los efectos negativos sobre el medio ambiente en relación con los medios empleados en la agricultura convencional.

L-5

Por tanto, atendiendo a lo anterior, puede concluirse que para determinar la calidad de un producto ecológico y poderla comparar con la de un producto convencional, es preciso tener en cuenta multitud de parámetros  (producción, transformación, distribución, salud, etc.). Por otro lado, puede afirmarse igualmente, que las investigaciones más serias realizadas hasta el momento ponen de manifiesto, que la calidad de los productos ecológicos es superior a la de los convencionales, ya que el alimento ecológico no tiene residuos de pesticidas, provocan menor impacto negativo en el medio, favorecen la diversidad, liberan menor cantidad de nitratos hacia aguas subterráneas, contiene más vitaminas y minerales, se conserva mejor, los métodos de producción generan empleo en el medio rural, ahorran energía, favorecen el reciclaje de materiales y nutrientes, etc.

Producir y consumir productos ecológicos contribuye a mejorar muchos de los factores de calidad que se han nombrado anteriormente, pero además, añade a los aspectos comentados algunos de carácter social muy interesantes de valorar: genera empleo local, mantiene el valor añadido allí donde se genera (en el medio rural), utiliza recursos locales, facilita las relaciones entre lo rural y lo urbano, etc. 

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